La Policía de Criminalística no descarta que los celos serían la causa para que Washington V., de 31 años, asesinara a su conviviente Silvia F., de 25 años, y luego se suicide colgándose de una de las viga de su vivienda, en el barrio Los Girasoles, sur de la ciudad de Esmeraldas.
El hecho ocurrió en la madrugada del viernes, 29 de agosto. En la escena de crimen, la Policía dice haber hallado dos cuchillos.
Los agentes presumen que esta sería el arma con la cual se cometió el asesinato de la mujer de 25 años. Su cuerpo presentaba unas 20 heridas provocadas, al parecer, con arma blanca.
Este es el segundo caso de supuesto femicidio que se registra en la ciudad de Esmeraldas en menos de 15 días. El primero se dio en la isla Roberto Luis Cervantes, donde una mujer dedicada a la limpieza de calzado, fue asesinada con un cuchillo, presumiblemente por dos personas del sector.
En el caso de la pareja, no se descarta que entre los convivientes hubo una pelea con arma blanca antes de cometerse el crimen, pero los vecinos dicen que no escucharon nada, por la música que estaba a alto volumen.
El día anterior, el jueves en horas de la tarde, la pareja había invitado a unos amigos a compartir una parrillada en su casa, que terminó con una celebración.
En sala de la vivienda se habría hallado botellas de cerveza y el fogón en donde se realizó la comida. También mancha de sangre en una zapatilla y la blusa que presumiblemente cargaba la víctima esa noche.
Los vecinos se enteraron de la tragedia este viernes 29 de agosto, a eso de las 07:00, cuando una hermana del sospechoso se despertó para dirigirse al baño y encontrando a su cuñada en el piso y su hermano sin vida.
María P., una de las vecinas de la pareja de esposos, señaló que ellos tenía problemas por celos y hace dos años, habían vuelto a estar juntos.
Washington V., trabajaba en un asadero de pollos en el sur de la ciudad y vivía con su esposa hace dos, en el barrio Los Girasoles.
La fiscal Araceli Carrasco llegó al sitio con personal del Criminalística de la Policía, para ordenar el levantamiento de los cadáveres. La pareja era de la parroquia Pedernales, provincia de Manabí, donde serían llevados para sepultarlos, después de la autopsia.