Los cuerpos fueron velados en la casa comunal y las investigaciones continúan. Foto: Raúl Díaz/ El Comercio
Davis tiene 8 años y su hermano menor, Widinson, 5. Ambos corren alrededor de su pequeña casa de adobe sin entender bien por qué sus abuelos maternos lloran desconsolados.
Desde ahora, ellos serán los responsables de criarlos, pues el viernes murió Rosa Elvira, la madre de los niños, que estaba a 15 días de dar a luz.
Igual sucedió con su tercer hijo de 3 años. Todo ocurrió en una quebrada de Shushilcon, una comunidad indígena de Alausí, en el sur de Chimborazo.
El pueblo está consternado, pues nunca antes habían visto un caso similar, más aún cuando los dos fueron encontrados con profundas heridas en el cuello y en el torso.
Los cuerpos fueron hallados por vecinos que en la madrugada ya caminaban al campo. La reacción inmediata: llamaron a la Policía y los cadáveres fueron llevados cubiertos. Davis vio a su madre muerta en la quebrada y horas después su padre fue detenido por agentes que investigarán estas muertes.
En la casa del sospechoso, los investigadores habrían recogido un poncho rojo y un pantalón jean azul impregnados de sangre. Pero la Unidad de Criminalística busca más evidencias para saber qué ocurrió exactamente.
Los vecinos solo recuerdan algunas escenas que sabían de la pareja. “Él decía que la vecinita Rosa Elvira le pedía dinero para los guaguas y que por eso peleaban”, recuerda uno de ellos. Por el momento todo está en investigación.
La madre de los niños trabajaba en las chacras de papas, cebada y trigo. Eso hacía hasta ese viernes, cuando el padre de los niños le dijo que saliera en la madrugada de su casa para viajar a Riobamba.
Supuestamente, en el Registro Civil, él inscribiría a uno de los tres niños con su apellido, pues ninguno de los menores estaba reconocido legalmente. Por eso, Rosa Elvira llevó a su hijo menor.
Las hipótesis del caso
La investigación de este caso recién comienza. Daniel Ochoa es el fiscal que ahora está a cargo. En esta semana dijo que si en la indagación se comprueba que el detenido es responsable de la muerte se procesará como feminicidio y parricidio.
Pero eso se sabrá cuando termine la instrucción fiscal.
En Chimborazo no hay registros de delitos tipificados como tal.
Esa figura se incluyó en el Código Integral Penal que está vigente desde el 10 de agosto del 2014 y se establecieron penas que van entre 22 y 26 años.
Únicamente entre esa fecha y los dos meses posteriores, la Fiscalía reportó 13 casos a escala nacional. Uno de esos hechos ocurrió en Guayas. El 19 de septiembre pasado, Gladys murió en el interior de un taxi.
La Fiscalía dice que el deceso se produjo tras el ataque de su exconviviente con un cuchillo. De acuerdo con la denuncia presentada por los familiares de la víctima, el procesado (hoy detenido) agredió a su expareja porque aparentemente se habría negado a acompañarle.
Desde la vigencia de la norma, el debate también ha aumentado. Por ejemplo, el miércoles comenzó en Quito una campaña en contra de la violencia a las mujeres.
Sus organizadores incluso piensan en viajar a Riobamba para reunirse con los familiares de Gaby Díaz, la joven que falleció luego de un estrés postraumático generado por una agresión sexual.
El drama tras las muertes
Precisamente el caso de Gaby consternó a Riobamba y ahora allí también se habla de la muerte de la madre en gestación y de su hijo de 3 años. Su pareja está detenida en esa ciudad, a la que llegó desde Alausí. Un agente de la Policía lo movilizó en un taxi.
En el momento, él permanece con una orden de prisión preventiva emitida luego de una audiencia judicial.
Él también vivía en el pueblo donde fueron encontrados los cadáveres. Los familiares del hombre lloran, prefieren no hablar hasta tener alguna noticia que salga desde los juzgados.
Un grupo de especialistas aún indaga en la quebrada de Aipud. Por ahora solo hay versiones de personas que conocían a la fallecida.
Virginia dice que era una de las amigas más cercanas. Ella la vio por última vez el miércoles de la semana pasada. Ambas se encontraron en los exteriores del Hospital General de Aluasí.
Rosa Elvira había acudido a su chequeo ginecológico y “estaba entusiasmada” porque su embarazo estaba cerca de concluir y sería madre otra vez.
El presidente de la comunidad, Leonardo Toachi, solo pide ayude para los huérfanos y sus abuelos. El único dinero que ellos recibían era precisamente el que ganaba Rosa Elvira de las ventas después de la cosecha.
El abuelo de los dos menores de edad tiene discapacidad y la abuela, por su avanzada edad, no puede laborar.
Ellos también acudieron a la audiencia de flagrancia, que se cumplió en el edificio judicial de Alausí, el domingo. Estaban con sus dos nietos, que corrían en los exteriores de las oficinas.
Cuando vieron que su padre salía del edificio de tres pisos pararon y corrieron a él para saludarlo, pero él agachó la cabeza y no los miró.
Un uniformado lo llevaba en un taxi al Centro de Rehabilitación Social. Allí permanecerá hasta que los investigadores aclaren el caso.