Gustavo Zúñiga construyó este pesebre gigante desde inicios de noviembre. Foto: Xavier Caivinagua / EL COMERCIO
Lineida Castillo
Las familias cuencanas que tienen como tradición elaborar pesebres navideños de gran tamaño con más de 1 000 piezas, empezaron con esa laboriosa tarea. Ellas esperan tenerlos listos hasta la última semana de noviembre.
Por casi tres meses, la sala del amplio departamento de los esposos Víctor Hugo Neira, 92 años, y Rosario Ruilova, 78 años, en el Condominio Iberia, literalmente desaparece. En su lugar se abre paso un inmenso pesebre que en cada día toma mayor forma y extensión, hasta ocupar espacios de la cocina y del comedor.
Los Neira Ruilova llevan 15 años con esta tradición. Al principio lo hacían ellos, con la ayuda de sus tres hijos. Pero desde hace 10, esa tarea la asume Ximena, la hija mayor. Empieza creando un diseño que luego al plasmarlo –si siente que no hay una combinación entre un espacio y otro- no tiene reparos en cambiarlo.
En las paredes blancas, como fondo utiliza papel pintado con verdes, que se asemeja a la vegetación. Cada detalle como el armado de los niveles, conexiones eléctricas, puentes, caminos, poblados… y hasta los complementos navideños que hay en cada rincón del departamento son inspirados por Ximena.
Ella dedica más de seis horas, en las noches, para avanzar en la llamativa obra. Hay poblados romanos, egipcios, ecuatorianos… Hace 15 años empezaron con 200 piezas y, en la actualidad, superan las 2 000. Cada año incrementa otras que reciben de obsequios de familiares que viven fuera del país o compras propias.
Para este nacimiento incluyeron 15 piezas como pastores grandes, casas y lámparas… Los 92 años no son un impedimento para que Víctor Hugo Neira se involucre. Él pasa entretenido en el arreglo de las casas, adaptándole pedestales o luces para que parezcan habitadas.
Los pequeños globos, castillos y vacas locas que incluye el diseño también son obras de Neira. “Si no hubiera sido médico, seguro habría sido un buen carpintero”, bromea Neira. Ruilova se emociona al ver que está cerca la culminación de su pesebre.
La siguiente etapa es construir el área de la Navidad Blanca donde Ximena Neira ubicará el nicho Belén con los personajes bíblicos: el niño Jesús, José, María y Reyes Magos. “Queda tan precioso que en enero me da pena levantarlo”.
Entre bromas cuenta que sus vecinos le recomiendan que solo lo tape con un plástico, para ahorrarse el trabajo que les demanda. En este condominio los vecinos empezarán la novena el próximo 3 de diciembre de 2014 y rotan un día por departamento.
Gustavo Zúñiga, de 47 años, es otro apasionado por los pesebres a gran escala. Desde hace más de 20 años utiliza todo el pasillo del acceso de su vivienda en El Arenal Alto, en el este de Cuenca. Arma el nacimiento con más de 900 piezas.
Este año empezó a levantar la obra el pasado 8 de noviembre de 2014 y aspira terminarla en los próximos días. A Zúñiga le ayudan su esposa Cristina Brito y sus hijas Ana, Olga y Lupita, de 23, 22 y 19 años, respectivamente. Juntos trabajan tres horas, en las noches, y los fines de semana, casi todo el día.
En esta ocasión en el diseño predominan los pueblos de Jerusalén e incluyó nuevas piezas elaboradas por él como castillos y casas pequeñas. Cuando ya empieza la obra, los vecinos de Zúñiga se entusiasman porque ese nacimiento le da más vida al barrio.
Lo mismo ocurre en el barrio de San Roque donde el niño Jesús nace en un opulento pesebre que ocupa más de 56 metros cuadrados. Es el más visitado de Cuenca porque muy cerca del Centro Histórico y la familia Criollo Vivar lleva más de 40 años con esta tradición.
Gloria Vivar se emociona al ver que cada día llegan más personas a ver su pesebre y se van admirados con la capacidad que tiene esta familia para ir recreando, alrededor del nacimiento de Niño Jesús, sitios tradicionales de Cuenca… Hay grutas, volcanes, iglesias, ríos, cholas cuencanas y huertos productivos. Este lugar está abierto al público todos los días hasta la media noche.