El azar jugará a la política esta semana

En la política contemporánea todo es medible. Y si es cierto que se ha convertido en un espectáculo, más aún. La política tiene su propio rating. Sus actores –los políticos- analizan encuestas, no solo en campaña electoral. Y de ellas dependerán sus acciones. Invierten en aquello que se llama comunicación política, en asesores, en imagen, estrategias. Se puede construir un candidato. Se puede hacer casi todo.

Casi. Porque otras veces también los dioses juegan a la política. Y es algo que permite la lógica política ecuatoriana con la participación ciudadana. Como si se tratara de una Copa del Mundo o de una Copa América, el sorteo define el futuro. Eso pasará este jueves. Con bolillas se sabrá quiénes serán los consejeros electorales que en diciembre deberán dedicarse a otra cosa.

Pocos parecen darle importancia. Quizá no tenga el mismo atractivo mediático de otras funciones. Es un asunto de tiempos. Por periodos, según las leyes que rijan, la mirada del país está en el Consejo Nacional (antes en el Tribunal Supremo Electoral), ya sea por las elecciones en sí como en los procesos de consulta popular que tuvo que intervenir, como ocurrió con Yasunidos y como ahora con los dos pedidos de consulta: el referendo de Sociedad Patriótica y la consulta de Compromiso Ecuador. Los dos tienen el objetivo de evitar la reelección indefinida.

¿Quiénes serán los que salgan elegidos? ¿Un hombre y una mujer? ¿Dos hombres? Si fuésemos ingleses, muchos estarían en un club apostando sobre los nombres de aquellos que deberán regresar a sus anteriores trabajos luego de que una mano saque las bolillas correspondientes. Y entonces, el azar, el destino o como se lo llame, estará jugando a la política. Y luego vendrán dos nombres que serán elegidos por un concurso de méritos y oposición, en una función de la que depende mucho la democracia. ​

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