Bandas atacan en los exteriores de los centros nocturnos

El viernes, la Policía detuvo a dos hombres por supuesto tráfico de drogas y robos en la calle Pinto y Amazonas, en Quito. Foto: EL COMERCIO

El viernes, la Policía detuvo a dos hombres por supuesto tráfico de drogas y robos en la calle Pinto y Amazonas, en Quito. Foto: EL COMERCIO

El viernes, la Policía detuvo a dos hombres por supuesto tráfico de drogas y robos en la calle Pinto y Amazonas, en Quito. Foto: EL COMERCIO

Esa tarde hacía frío. Eran las 17:00 del jueves y en La Michelena solo había locales de comida, tiendas y bazares abiertos. Los rótulos luminosos que anuncian sitios de diversión estaban apagados, pues las puertas enrollables y de madera de bares y discotecas se abren a las 19:00.

Los vecinos que caminan por ahí cuentan que desde esa hora hasta la madrugada ven asaltos en las afueras de esos lugares. Tienen miedo de hablar de esos temas y casi en voz baja relatan que pequeños grupos venden drogas y asaltan a los jóvenes que llegan a divertirse en horas de la noche.

Poco a poco, las luces de neón empiezan a encenderse y la gente entra paulatinamente.

Afuera, un hombre que vive en ese sector dice que pasadas las 19:00 llegan desconocidos que esperan a la salida para atacar.

“Un día vi que jovencitos armados esperaban a muchachos que salían de bares y les quitaban celulares y plata. Pero se aprovechan más de los que están bastante tomados”.

La Michelena es un barrio del sur de Quito y a 20 minutos está Quitumbe, otro sector en el que esas escenas se repiten.

Pero la Policía advierte que los atracos en las afueras de los centros de diversión también son frecuentes en La Mariscal, Carapungo, Carcelén, Cotocollao; todos en el norte de la capital.

Investigaciones que agentes de Inteligencia levantaron en esos lugares señalan que los ataques más frecuentes se producen en zonas con poca iluminación, a mujeres que caminan solas y a personas ebrias.

¿Cómo evitar estos problemas? A inicios de este mes se dispuso que los moteles y centros de diversión coloquen cámaras de videovigilancia que permitan frenar la violencia, parar el ingreso de armas e identificar a quienes cometan delitos o contravenciones.

El 12 de marzo, el Gobierno pidió derogar esa medida y el viernes las autoridades dijeron que están a la espera de nuevas disposiciones. Y que aún no se realiza la inspección de las cámaras en los establecimientos.

La tarde del viernes, el dirigente de 110 locales que funcionan La Mariscal, Iván Burgos, dijo que estos negocios adoptan sus propias medidas de seguridad y han instalado cámaras. “Adentro incluso evitamos vender licor en exceso”. Por eso asegura que el mayor problema está en las afueras.

En la Michelena, los administradores también tienen medidas para prevenir actos de violencia en el interior de los locales. “El inconveniente se da porque las bandas están afuera, al acecho”, indica un morador.

Cristian Rivera es paramédico desde hace 15 años y ahora es director del Comité de Emergencias en Quito. Asegura que los robos con escopolamina son recurrentes en las afueras de estos sitios. Hace tres meses atendió la emergencia de un joven que fue asaltado tras ingerir esa sustancia al salir de un bar. La víctima tenía 29 años y fue hallada en las calles Diego de Almagro y Foch, a las 03:00.

Ante estos hechos, los agentes investigan a una organización delictiva dedicada a sedar a sus víctimas para robar. Datos del Observatorio de Seguridad (OMSC) refieren que en el 2014 se reportaron en Quito 209 casos de robos a personas utilizando algún tipo de droga.

Según el OMSC, el año pasado se registraron 5 724 robos con violencia en Quito. De esa cifra, el 61,7% se produjo en la vía pública e incluye los ocurridos en las inmediaciones de bares y discotecas.

Fernando P. es un vecino de la Michelena que tiene su negocio hace más de 20 años. Abre la puerta de su local y desde allí cuenta que las peleas callejeras entre personas en estado etílico son recurrentes. Ha visto agresiones con botellas rotas, palos, piedras. “Aquí hubo personas que murieron agredidas cuando peleaban”.

En el 2014, de los 155 homicidios que se reportaron en la capital, el 37% de casos ocurrió durante reyertas o disputas callejeras. En el 2013 fue la segunda causa, solo por detrás de los crímenes perpetrados en asaltos y robos.

Los vecinos también recuerdan que un joven fue apuñalado en las afueras de un centro nocturno de este sector. La razón: un grupo de desconocidos trató de asaltarle y él forcejeó...

En contexto

El Ministerio del Interior hizo 1 139 operativos en bares y discotecas a escala nacional el año pasado. Hubo 21 detenidos y 250 centros clausurados. Para esta semana, representantes de estos negocios prevén reunirse para discutir sobre las medidas de seguridad.

Quito

Robos con violencia, venta de droga y riñas callejeras son los problemas más comunes

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