Baños aprendió a prevenir
En estos 15 años, los habitantes del cantón Baños de Agua Santa aprendieron que la prevención es la única manera de vivir junto al volcán Tungurahua. No hay otra manera de hacerlo si se está cerca de zonas de riesgo, no solo por amenazas volcánicas, sino de cualquier otra índole.
La experiencia de Baños no la tiene ningún otro cantón ni tampoco es que se hayan interesado en replicarla. Es el único modelo que se ha desarrollado en el país, para estar preparados frente a las erupciones constantes del volcán.
Los baneños y los habitantes de las comunidades cercanas saben en qué momento salir de sus casas si hay peligro, a dónde ir, cómo evacuar, porque han hecho simulacros, tienen identificados los sitios seguros y los albergues para refugiarse, conocen las zonas peligrosas...
La experiencia de estos tres lustros tiene sus altibajos y la comunidad está a tiempo de corregirlos, pues sirve como referencia. Sin embargo, sí es preocupante que muchas ciudades están rodeadas o asentadas cerca de volcanes y no se han puesto la tarea de seguir el ejemplo de este cantón. Ahí están Latacunga y Salcedo, Mejía y Rumiñahui que tienen al Cotopaxi; o Quito con el Guagua Pichincha. Ambos son volcanes activos.
Solamente cuando el Guagua se despertó en 1999 y el volcán Reventador, ubicado en la provincia del Napo, lanzó su ceniza en el 2002, los quiteños se preocuparon por prepararse. Han pasado 12 años y ya nadie se acuerda cómo actuar. Sí es importante mencionar que las poblaciones de la provincia del Carchi empezaron a prepararse ante una eventual erupción de los volcanes Cerro Negro y Chiles, en la frontera con Colombia. Desde inicios de este año se conoce que tienen un intensa actividad. Como medida preventiva fue declarada la alerta amarilla.
Igualmente, las poblaciones, científicos y autoridades de ambos países preparan sus planes de prevención, tomando como referencia la experiencia vivida con el volcán Tungurahua.