Bolivianas celebran su día con la mayor participación política de la historia

Las bolivianas celebran hoy, 11 de octubre, su día con una participación mayoritaria en los comicios generales de mañana domingo como candidatas y votantes, con el desafío de que las que resulten elegidas en las urnas no sean víctimas de la violencia ni el acoso político.

La Coordinadora de la Mujer, que agrupa a 26 organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres, resaltó el hecho de que el Día de la Mujer Boliviana, que coincide con la víspera de las elecciones, se festeje con el hito del registro en partes iguales de féminas y varones en las cinco fuerzas que terciarán en los comicios.

"Este 11 de octubre estamos celebrando que estas van a ser las primeras elecciones paritarias e igualitarias, donde las mujeres van a ocupar hasta el 52 % de candidaturas", dijo a Efe una representante de la Coordinadora de la Mujer, María Ángela Sotelo.

Según datos de ONU Mujeres, los países latinoamericanos con paridad de género en el ámbito político son, además de Bolivia, Costa Rica, Ecuador, México y Nicaragua. Agregó que de los casi seis millones de bolivianos habilitados para votar, el 51,03 % son mujeres y el 48,97 % son varones.

"Nos parece fundamental porque estaríamos celebrando una fiesta democrática boliviana donde las mujeres, que somos la mitad de la población, podemos no solamente votar sino también representar" en el Parlamento, indicó Sotelo.

El Día de la Mujer Boliviana fue instituido en 1980 por la entonces presidenta Lidia Gueiler como homenaje al natalicio de la poetisa nacional Adela Zamudio.

La paridad en las listas y el porcentaje de mujeres electoras cobran relevancia debido a que en 1947 sólo podían sufragar y ser electas en cargos municipales las féminas que sabían leer y escribir.

La primera vez que las mujeres llegaron al Parlamento boliviano fue en 1956, cuatro años después del reconocimiento del voto universal en este país, cuando dos diputadas asumieron entonces escaños titulares por el Movimiento Nacionalista Revolucionario.

Hoy la situación es distinta, pues en estas elecciones, de las 1 478 candidaturas titulares y suplentes, el 49,86 % son mujeres y el 50,13 % son hombres, en respuesta a la exigencia legal de que los partidos inscriban a sus aspirantes bajo los criterios de paridad y alternancia.

En cuanto a postulaciones titulares, los cinco partidos inscribieron más mujeres que varones, con lo que el porcentaje de las féminas en este segmento se inclina hasta el 52 %. Y aunque la participación progresiva de la mujer boliviana en la política es un motivo para celebrar, queda el reto de que las que resulten electas en los comicios puedan ejercer sus cargos sin sufrir acoso ni violencia política.

"La participación política de las mujeres ha ido subiendo, y en igual medida el acoso y violencia política porque generalmente el espacio público es considerado un espacio masculino", indicó Sotelo.

Según la experta, la presión para renunciar al cargo, los actos de violencia sexual, psicológica y física, el impedimento para ejercer sus funciones, la congelación ilegal de los salarios, la discriminación y las difamaciones son las formas más comunes de acoso político contra las mujeres.

Uno de los casos emblemáticos es el de la concejala Juana Quispe, una aimara que fue asesinada en 2012, víctima de acoso político, sin que hasta el momento el crimen haya sido castigado.

El Gobierno boliviano promulgó ese año una ley contra el acoso y la violencia política, tras más de una década de debate, período en el que se registraron más de 4 000 denuncias. Sin embargo, esa norma aún no tiene reglamento, lo que, a juicio de Sotelo, "es una barbaridad".

Algo similar sucede con la ley contra la violencia hacia las mujeres, que castiga el feminicidio con 30 años de cárcel sin indulto y es una norma vital al ser Bolivia el país con el mayor índice de violencia machista en Latinoamérica. Aunque la norma fue promulgada hace 19 meses, tampoco está reglamentada.

Otro desafío para el próximo quinquenio será la asignación de presupuestos que permitan una lucha efectiva contra la violencia machista, puesto que actualmente, los recursos públicos para estos asuntos equivalen al 0,0005 %, según Sotelo. "Dar respuesta a la violencia tan flagrante contra las mujeres no puede hacerse sólo con discursos, necesita asignación de recursos y una serie de mecanismos que sustenten y permitan avanzar en este sentido", concluyó. 

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