Los buses circulan en el país pese a tener defectos severos

En Quito, el 7% de un total de 1 821 buses aprueba el examen en la primera revisión. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO

En Quito, el 7% de un total de 1 821 buses aprueba el examen en la primera revisión. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO

En Quito, el 7% de un total de 1 821 buses aprueba el examen en la primera revisión. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO

La ordenanza fue reformada el 23 de diciembre del 2011. Ese día, el Concejo Metropolitano de Quito incrementó de 30 a 45 días el plazo para que los buses y autos que reprueban la primera revisión técnica regresaran a una segunda inspección.

En ese período, los vehículos rechazados no tienen restricción para circular, pese a las deficiencias mecánicas leves o severas que pudieran registrar.

Los carros tienen hasta cuatro oportunidades para aprobar el examen técnico. Si no pasan en el segundo o tercer intento, la ordenanza otorga 30 días más de prórroga -en cada intento- para reparar los daños.

¿Por qué no se prohíbe la circulación si el bus o el auto es rechazado la primera vez? Álex Pérez, viceministro de Transporte, dijo a EL COMERCIO que se debería “revisar la normativa” para que las unidades regresen “en el menor tiempo posible” a los centros de revisión.

Datos de la Agencia Metropolitana de Tránsito señalan que apenas el 7% de los 1 821 buses que pasan la revisión técnica en Quito aprueba el examen en el primer intento.

Daños en el sistema de frenos, emisión de gases fuera del rango permitido o mínimo labrado de las llantas están entre las fallas frecuentes por las que el transporte público no aprueba los análisis técnicos, según advierten los inspectores.

Esos problemas tenía el bus 148, de la cooperativa Panamericana, accidentado el 8 de noviembre en la vía Alóag-Santo Domingo y que dejó 15 fallecidos. El vehículo pasó por el centro de revisión de Guamaní (en el sur de Quito) el 24 de octubre del 2014.

Los supervisores detectaron nueve defectos tipo III, considerados un “riesgo inminente” para la seguridad de los ocupantes de un vehículo y terceras personas. Pese a ello, a la unidad no se le restringió el permiso de circulación.

Pero la situación en otras zonas del país es más compleja, pues no hay centros de revisión técnica. En Imbabura, Loja, Tulcán o Azuay... el control de los buses únicamente se hace de forma visual.

Imbabura, Ibarra y Otavalo son las ciudades que acogen la revisión del transporte público que circula en la provincia.
El chequeo visual permite que todos los vehículos pasen la revisión. El Municipio de Ibarra lo reconoce. Si el bus no tiene daños visibles en los neumáticos, si las luces y las plumas funcionan y el parabrisas está en buen estado, los vehículos pasan la revisión.

Pablo Ruiz, presidente de la PreCámara de Transporte de Imbabura, admite que defectos graves como el estado de los amortiguadores, los frenos, la emisión de gases no se vigila.
En Loja, las autoridades dicen que la revisión que realizan a los buses es más rigurosa, pese a ser solo visual. El chequeo a las zapatas y pastillas de los frenos es exigente, asegura Jorge Gallardo, del Centro de Matriculación del Municipio.

Esto, frente a los accidentes registrados en Loja vinculados a defectos en el sistema de frenos, agrega el funcionario.

En un ensayo hecho este año a un grupo de 12 buses, cuatro no pasaron la primera revisión, a pesar que fue solo visual.

En Azuay, Cuenca es la única ciudad que vigila los vehículos de forma técnica. No obstante, el porcentaje de buses que aprobaron el examen en el primer intento es bajísimo. 148 unidades frente a las 1 096 que recibieron el visto bueno en el segundo o tercer análisis.

Las fallas mecánicas son similares en todas las provincias. En Guayas, los técnicos rechazan los buses por fugas del líquido de frenos, daños en el sistema eléctrico y goteras en el escape. Hasta el 10 de diciembre, de las 1 382 unidades que pasaron los centros, 355 no aprobaron el primer examen.

En Guayaquil, a diferencia de Quito, los vehículos tienen 30 días para regresar a los complejos. ¿Se debe prohibir la circulación a aquellas unidades que no pasan la revisión? Fabricio Zevallos, director de matriculación de la Comisión de Tránsito del Ecuador, comenta que solamente “cumplen la norma que establece la Agencia Nacional de Tránsito”.

La reforma que el Concejo Metropolitano de Quito expidió el 23 de diciembre del 2011 también obliga al transporte público rechazado en la segunda o tercera vez, la “prohibición de circular con pasajeros” hasta que apruebe el examen en los centros de revisión.

No obstante eso no se cumple. Este Diario comprobó que las unidades siguen operando. El jueves, por ejemplo, un conductor de un autobús esperaba que los técnicos del centro de revisión de Guamaní finalicen el control. Allí, el chofer admitió que era la cuarta vez que se presentaba. “Esperemos que ahora sí pase. Venir implica pérdida de dinero y de trabajo”.

De los datos remitidos por la Agencia Metropolitana de Tránsito, entre 2013 y 2014 a ningún bus se le ha impedido circular de forma definitiva.

En contexto
El 8 de noviembre del 2014, una unidad de la cooperativa Panamericana se accidentó en la vía Alóag-Santo Domingo. Hubo 15 fallecidos. Al autobús no se le prohibió la circulación, pese a que los técnicos del centro de revisión de Quito detectaron fallas de “riesgo inminente”.

Suplementos digitales