El control al servicio de transporte urbano tiene cuatro fases

Foto: ALfredo Lagla / EL COMERCIO.

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El transporte público urbano está bajo la lupa. Un equipo de fiscalizadores realiza el control de la calidad del servicio que prestan los conductores de las 2 385 unidades que circulan en Quito. Foto: Alfredo Lagla / EL COMERCIO.

Los operativos para constatar el buen trato al usuario, el estado mecánico de los buses, los documentos habilitantes en regla, la operación de la flota, respeto a la normativa, caja común, entre otros se iniciaron a mediados de marzo. Estos son parte del plan de fortalecimiento de transporte público, acordado entre el Municipio y transportistas, y formalizado el 21 de febrero pasado.

Hasta este 1 de abril, en promedio, se han hecho unas 500 inspecciones. La meta por trimestre es 7 155. Cada unidad debe ser revisada, al menos, una vez por mes, explicó Guillermo Altamirano, supervisor (e) de la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT).

A la final los propietarios de los buses que aprueben estas evaluaciones recibirán compensaciones entre USD 450 o 1 000 por mes. Pero los pagos se harán trimestralmente. El Cabildo tiene previsto invertir alrededor de 20 millones al año en este proyecto.

El procedimiento de control del transporte público consta de cuatro etapas: fiscalización del despacho, de la ruta, en ejes viales y caja común.   

Este 1 de abril los controles se enfocaron en las rutas La Venecia-Marín y Caupicho-Marín, que pertenecen a la Cooperativa Transplaneta. El punto de encuentro fue el sitio desde donde se despachan las unidades, en el sector de Terranova, en el sur de la urbe. Ahí un grupo de fiscalizadores de la AMT se reunió desde tempranas horas de la mañana. Estas rutas empiezan a operar desde las 04:45 hasta las 21:00.

En este sito, antes de que los buses empiecen a circular, los uniformados con formularios en mano revisaban el labrado de los neumáticos, el sistema de luces, el funcionamiento de las plumas, la limpieza de los carros, la información de las rutas que cubren, el espacio asignado para las personas con capacidades especiales, la imagen del personal (uniformes). Además se chequeaba que los documentos habilitantes (registro municipal, licencia de conducir, matricula, revisión técnica vehicular) estén en regla.

Foto: ALfredo Lagla / EL COMERCIO.

Un segundo control se lo hizo durante la prestación del servicio. Una vez que los pasajeros abordaban la unidad un fiscalizador se subía para constatar durante el recorrido el trato que se brinda a los usuarios, la ruta que cubren los buses, el respeto a las paradas establecidas y a la normativa de tránsito. Las novedades identificadas se registran en los formularios.

Aparte, de esta inspección ‘in situ’ se cuenta con una brigada de fiscalizadores en siete ejes viales principales: avenida Napo, Mariscal Sucre, Amazonas, De la Prensa, De los Shyris, Amazonas, 10 de Agosto. Desde estos puntos se controla también que los conductores de buses presten un servicio apropiado a los pasajeros.

Finalmente, otro control se hace en las compañías de transporte para comprobar la aplicación del sistema de caja común.

Los usuarios de la Cooperativa Transplaneta esperan que la presencia de los fiscalizadores de la AMT en el punto de despacho de buses ayude a que el servicio mejore. Myriam Espinoza, moradora de Terranova, comentó que así se podrá tener garantía de que las unidades estén en buen estado mecánico.

Carlos Mosquera, otro morador del sector, dijo también que la iniciativa es positiva para que los conductores tengan las unidades en óptimas condiciones. “Espero que esto se haga a menudo”.

Altamirano explicó que además de los controles que realiza la Unidad de Fiscalización de Transporte Público, la ciudadanía puede denunciar el mal trato en este servicio. Se puede dejar oficios en las oficinas de la AMT, ubicada en la av. Amazonas e Inglaterra (Edificio Valderrama) o reportar los casos a través de la cuenta de Twitter @AMTQuito. Estas serán procesadas y se dará seguimiento para sancionar los posibles excesos.

Este 1 de abril en las unidades 2155, 2136, 2121 de Transplaneta no hubo novedades mayores. La flota con la que cuenta esta empresa asciende a 145 unidades, son siete rutas. Hasta el mediodía las anomalías más recurrentes fueron tener instaladas cortinas en la ventana del conductor, bocinas inapropiadas, vidrios con láminas oscuras y un vehículo con la llanta de emergencia lisa.

Joselito Rodríguez, gerente de Transplaneta, comentó que si bien los operativos de control de este 1 de abril los tomó por sorpresa, el acuerdo establecido con el Municipio estableció las reglas que deben cumplir para recibir las compensaciones económicas. “Los socios y conductores saben que deben brindar un servicio bueno y tener la unidad en perfecto estado mecánico”.

En el caso de esta empresa, informó que para mejorar la calidad del servicio se está construyendo un nuevo patio de operación en el sector de Guamaní, en el sur. Ahí se adecuarán talleres para centralizar el mantenimiento de las unidades. También se incorporará nuevas tecnologías en las unidades para monitorear las operaciones.

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