Cuenca se prepara para este invierno

Cuenca invierno

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A la casa de Tamara Montalván, ubicada en el barrio cuencano de El Paraíso, el agua entraba cada vez que el río Tomebamba se desbordaba. Pero eso no pasó en la más reciente crecida del afluente, el fin de semana, porque en el sector se levantó un enrocado. Esta fue la primera emergencia del invierno que apenas se inicia.

Ese es uno de los 15 sitios vulnerables a desbordamientos de los ríos Tomebamba, Yanuncay, Tarqui y Cuenca, según un estudio de la Empresa Municipal Etapa.

En los últimos cinco años, el Municipio intervino en 10 sitios. Se recuperaron orillas y se construyeron muros y colectores. Según Carlos Julio Jaramillo, exgerente de Agua Potable de Etapa, la ciudad está mejor preparada para lluvias intensas, debido a estas obras.

La emergencia registrada el pasado fin de semana confirmó ese argumento. El sábado 11 de octubre, el Tomebamba registró un caudal de 175 metros cúbicos por segundo (m3/s).

Esto representó la mayor creciente en los últimos 20 años, de acuerdo con los reportes de la Red de Monitoreo de Etapa.
Hace dos años, el mismo río tuvo una crecida de 158 m3/s y anegó a más sectores a lo largo de la avenida 12 de Abril.

Incluso socavó los estribos del puente de El Otorongo, que ahora está en buenas condiciones, luego de que se hicieran obras de soporte.

En esa ocasión, Tamara Montalván perdió sus enseres, cuando el agua y el lodo entraron a su vivienda. Al ver las imágenes de los daños ocasionados por las recientes lluvias, recordó lo que soportaba antes. “Lo que padecemos las familias es angustioso”.

Sin embargo, aún hay tareas pendientes. Hacen falta muros de enrocados en sectores como El Paraíso, Misicata, Río Amarillo... En otros no es posible hacer trabajos, debido a la configuración del río, por seguridad. Por eso persisten las inundaciones en Balzaín, coliseo Jefferson Pérez y Puertas del Sol, que son algunos de los sitios más afectados durante la reciente emergencia.

En esos sectores, el Tomebamba está casi a nivel de la calle. El argumento técnico es que con el aumento del caudal se forma un especie de zonas de inundación que ayudan a que el río pierda fuerza y no afecte a puentes u otras infraestructuras que están aguas abajo. “No se recomienda obras y por eso solo se realizan tareas de limpieza y recuperación de orillas”, dijo Jaramillo.

El Tomebamba y Yanuncay nacen en la cordillera Interandina, en donde hay pendientes pronunciadas hasta acercarse a la ciudad. Ya en la urbe, sus cauces tienen pocas curvas y zonas planas, que facilitan los desbordamientos con caudales superiores a 90 m3/s. El promedio anual es de 20.

Fernando Figueroa, director de la Central de Emergencia ECU-911 Austro, dice que otras ventajas son las alertas tempranas y la capacidad de respuesta de las instituciones de socorro. Se han implementado sistemas de monitoreo, hay más equipamiento, personal preparado y trabajo coordinado. “Lo último antes no existía”.

Por ejemplo, Etapa tiene una red de monitoreo permanente de caudales, aguas lluvias y ríos con 76 estaciones. Así estuvieron pendientes de la cantidad de agua que cayó durante el fin de semana y alertaron sobre las emergencias, señaló Iván Palacios, gerente de Etapa.

El sábado pasado, los moradores de Puertas del Sol vivieron momentos de angustia por el desbordamiento del Tomebamba. Junto a obreros municipales, ellos ubicaron sacos de tierra para levantar un muro de contención y evitar que el agua ingrese a sus viviendas.

Freddy Morocho, de 41 años, vive en esa zona y contó que hace dos años soportaron una inundación mayor porque el río está casi al nivel de la calle. En la última ocasión no hubo daños, pero teme que con un caudal mayor haya problemas.
En cambio, Tamara Montalván confía en que eso no pasará, pero sugiere la construcción de muros para evitar más pérdidas en los hogares.

En la actualidad, Etapa, la Empresa de Aseo de Cuenca y Obras Públicas del Municipio trabajan en la recuperación de las orillas del Tomebamba en Puertas del Sol, Balzaín y El Paraíso. También, se talan más de 100 árboles de eucalipto que superan los 80 años de vida y que por la debilidad de sus raíces representan peligro.

Mientras que en El Paraíso y Balzaín se construyen muros de enrocado. Según Guillermo Argudo, director de Obras Públicas Municipales, de allí revisarán otros sitios considerados vulnerables para determinar las intervenciones necesarias.

En contexto

Un estudio del Banco Mundial determinó que el desbordamiento de los cuatro ríos de Cuenca y las quebradas son los factores principales de vulnerabilidad natural en la ciudad. Le siguen los deslizamientos de tierra y los sismos. Por ello, el Municipio invirtió en obras de mitigación.

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