Los oficios tradicionales de Cuenca, en un recorrido turístico

Oficio de arreglar sombreros. Foto: EL COMERCIO

Oficio de arreglar sombreros. Foto: EL COMERCIO

La calle empedrada y angosta de La Condamine, en el sector El Vado, de Cuenca es visitada por cuencanos y extranjeros. La Fundación de Turismo para Cuenca impulsa la campaña “Conoce tu destino”.

La promoción comenzó este 27 de julio del 2014 en la capital azuaya, en el Austro de Ecuador.

Según María Augusta Cando, de la Fundación Turismo para Cuenca, el objetivo es que la colectividad conozca su ciudad y sus tradiciones, con la finalidad de incentivar el turismo.

En esta ocasión escogieron el barrio El Vado, que se encuentra en el Centro Histórico de la Capital azuaya, porque conserva oficios como la hojalatería, reparación de sombreros, bordado de polleras, pintura, escultura, entre otros.

Entre los atractivos del lugar están sus edificaciones coloniales. Una de ellas la de Manuel Vallejo, casona que data de 1850 y que en todo el inmueble patrimonial exhibe piezas de arte religioso, antigüedades, muñecas, cuadros, entre otras piezas.
El cuencano Jorge Arias estaba maravillado con los cuadros de corte europeo que había en el lugar. También le gustaron las máquinas de coser y planchas a carbón antiguas.

Otra de las casonas singulares es el Centro Cultural Prohibido de Eduardo Moscoso. En ese espacio se exhiben calaveras, cráneos, Virgenes y Cristos con un estilo underground.

En toda la esquina del barrio también está La Casa Lauras, que vende antigüedades. Lo singular de este barrio son los oficios que perduran, como el de Don Luis Albarracín, de 82 años que repara sombreros.

Albarracín lleva más de seis décadas dando forma a aquellos sombreros de paja toquilla y de paño, que se destruyeron por el uso. Por este trabajo cobra USD 4.

Él sabe con exactitud cómo lavarlos, cocerlos a mano, blanquearlos y plancharlos para que puedan volver hacer usados. Religiosamente, llega todos los días a las 08:00 abrir su pequeño local.

En el Vado también está Don Miguel Durán, de 66 años, quien trabaja en la hojalatería. Una silla de madera vetusta es el lugar donde labora. Allí elabora cantarillas desde tres litros hasta 220 litros, recipientes que sirven para la leche.

También fabrica recipientes para las avícolas, agricultores y piscicultura. La materia prima con que trabaja Durán es el cobre, aluminio y acero inoxidable.

Para Durán es importante que a través de esta campaña se dé a conocer su trabajo, porque con tristeza dice que ya solo quedan tres hojalateros en el barrio. “Es necesario que el oficio no desaparezca”.

Un grupo de estudiantes de la Universidad de Cuenca elabora la guía de los lugares. Hasta las 16:00 de este domingo 27 de julio del 2014 se prevé mostrar toda la ruta de los oficios antiguos.

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