Redacción Construir
El diseño de muebles y accesorios es directamente proporcional al desarrollo contemporáneo del hombre. De hecho, el mobiliario -en el hogar o en la oficina- forma parte sustancial de la vida de la gente.
Mientras, por un lado, las personas buscan optimizar su hábitat, dotándolo de mayores comodidades y equipamientos; por otro, el valor siempre creciente del suelo hace que los espacios habitables se reduzcan cada vez más, conspirando precisamente contra ese confort y relax que busca el ser humano.
¿Cómo congeniar estas dos contradicciones que, curiosamente, se fusionan entre sí? Hay algunas formas, aunque la utilización de los muebles modulares es la preferida actualmente, sobre todo por su versatilidad, flexibilidad y precio conveniente.
Los cajones grandes, las alacenas, las baldas (especie de alacena), las repisas y los viejos escondites para guardar utensilios pertenecen a este grupo de mobiliario. Y vuelven a estar a la moda… con una variación: ya no son reducto exclusivo de las cocinas sino que se distribuyen por todos los ambientes de la casa.
Las librerías, cajoneras estanterías y baldas son, actualmente, piezas de mobiliario muy útil y necesarias en cualquier casa. En hogares con espacios pequeños, las librerías o estanterías sirven para aprovechar esos lugares donde no se puede colocar otro mueble, mientras que sí es posible instalar una pequeña estantería o una biblioteca, y en ellas se pueden almacenar desde libros, adornos, accesorios y hasta toallas, dependiendo de la habitación de la casa donde se las instale.
Los espacios de ahora requieren de organizadores para colocar todo en el mismo lugar, sin que el escenario se vea desordenado o alborotado, sugiere el diseñador y arquitecto guayaquileño Marcelo López.
“Estos artefactos son como las varitas mágicas. Permiten limpiar y organizar el espacio, alcoba o ambiente. Y, aunque no todos son baratos, la mayoría no han perdido su estética y su funcionalidad”.
Desde una pequeña balda hasta una gran librería pueden resultar muy prácticas en el hogar. Además, es posible instalarlas en cualquier espacio disponible, sugiere la arquitecta María Varela.
“En las cocinas, es común colocar baldas para aquellos utensilios de uso cotidiano. Las librerías se utilizan bastante en áreas de estudio o trabajo, en salas o recibidores… Las repisas y estantes altos de un solo cuerpo quedan de maravilla en los cuartos para niños y adolescentes. Aunque en las alcobas para solteros no desentonan.