La manía del gasto y la deuda

Darwin Massuh (O)
Editor General Multimedia

Rectores de colegios privados de Guayaquil hicieron ver la punta de un ‘iceberg’. Un buen número de padres de familia está incumpliendo con el pago de las pensiones escolares de sus hijos.

En algunos planteles el incumplimiento involucra hasta el 50% de los educandos. Estamos haciendo una investigación periodística en Quito y algunos datos ya revelan una tendencia similar. La mora por supuesto no es exclusiva del sector educativo y el posible fondo del problema puede estar en la disminución de la capacidad de pago de la gente a causa del sobreendeudamiento de las familias, sobre todo del segmento medio.

El parecido con lo que sucede con el Estado y el Gobierno, que administra las finanzas públicas, no es coincidencia. Quizá una buena parte de la sociedad está reproduciendo un modelo que privilegia el endeudamiento para el gasto y la inversión y considera ineficiente el ahorro. El presupuesto del 2015 es una muestra clara. Hay deudas que se cubrirán con nuevas deudas. El déficit se acerca a la cuarta parte del total del presupuesto.

El Estado necesita dinero y el Régimen ahora parece hacer malabares legales para evitarse algunos pagos. El proyecto de reformas laborales borra del mapa el porcentaje (40%) del aporte estatal a las pensiones de los jubilados del IESS. Es decir, la parte que el Estado debe girar para los pensionados puede quedar a discreción de funcionarios del Ministerio de Finanzas.

Coincidencialmente, el IESS también trata de ahorrarse algunos recursos. Tiene en carpeta una fórmula para limitar los pagos por los tratamientos de salud en las clínicas privadas, discriminando al segmento de los afiliados de mayores ingresos.

Después de un tiempo de gastos y grandes inversiones por parte del Estado y de mucho consumo en las familias todo indica que llega el momento de cambiar el ritmo. Pero no es buena idea hacerlo a costa de los gastos en salud, educación y menos en las pensiones de los jubilados.

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