El busto de León Febres Cordero se develó hoy, 27 de agosto. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO
Más de un millar de personas presenciaron el develamiento del busto en homenaje al expresidente de la República, León Febres Cordero, en el Malecón de Guayaquil.
La obra, del artista español Víctor Ochoa, permaneció hasta las 17:00 de este miércoles 27 de agosto cubierta con una lona blanca. Una ovación y prolongados aplausos marcaron su entrega a la ciudad.
En una pileta en el Malecón 2000, a la altura de la calle Sucre, el busto de bronce fue colocado con la mirada de Febres Cordero orientada hacia el este.
En su discurso, el alcalde Jaime Nebot explicaría luego que “hoy le entregamos a Guayaquil el Paseo León Febres Cordero, limitado al sur por este monumento y al norte por el obelisco que el pueblo colocó cerca de Las Peñas, demostrando –cuando secuestraron arbitrariamente esta estatua- que nada ni nadie podía impedir que los ciudadanos y la Municipalidad se hicieran respetar”.
Previamente tuvieron intervenciones Blasco Peñaherrera Padilla, exvicepresidente de la República en el gobierno de Febres Cordero, en el periodo 1984-1988; y María Eugenia Febres Cordero, hija del también exalcalde de Guayaquil entre 1992 y el 2000.
Ambos destacaron las virtudes y el trabajo que realizó el extinto líder del Partido Social Cristiano, fallecido en diciembre del 2008, tanto en su condición de Primer Mandatario, como en la reconstrucción que se le atribuye de Guayaquil.
En su discurso, Nebot dijo que Febres Cordero tuvo errores, “como todo aquel que se atreve a tomar decisiones y construir, pero en el balance de su vida sus aciertos fueron, sin duda, muy superiores.
Su pasión en todo y para todo pudo ser su gran defecto o quizás su mayor virtud, pues fue la fuente de su entrega y de su integridad”. Criticó a quienes, a su entender, se hicieron presentes para negarle a León Febres Cordero su histórica gestión en el rescate de Guayaquil.
“Valiéndose de procedimientos y sentencias inconstitucionales y espurias, quisieron desconocer su obra evidente…lo llamaron hasta asesino, sin acordarse de que a Rocafuerte, García Moreno y a Alfaro, a quienes ellos veneran ahora, otros sectarios lo acusaron de lo mismo”.
El Burgomaestre agradeció al comité pro monumento presidido por el Monseñor Antonio Arregui, Arzobispo de Guayaquil, y a sus integrantes.
Al finalizar su discurso, expresó que Febres Cordero no está en este monumento ni en ningún otro. “Está en el corazón de sus familiares, en el de sus coidearios, colaboradores y amigos. En el corazón de muchísimos ecuatorianos y en el de la inmensa mayoría de quienes vivimos en Guayaquil. Nos sirvió con pasión. Jamás será olvidado y por eso jamás morirá”.
Luego del acto los ciudadanos pudieron acercarse al monumento y realizarse fotografías mientas en los altoparlantes se escuchaba la canción que caracterizó la campaña electoral y la gestión del extinto político guayaquileño.