La fuerza del río Vinces se llevó unos 30 metros del muro del malecón de la localidad. Se teme por nuevos colapsos. Foto: Mario Faustos/EL COMERCIO
Ocho cantones de tres provincias son los más afectados por las intensas lluvias.
Pero la situación es más crítica en Muisne y Quinindé (Esmeraldas) y Vinces (Los Ríos).
En el cantón del sur esmeraldeño, la vía El Salto-Chamanga cerrada el domingo por los deslizamientos fue habilitada ayer, pero en un solo carril.
Las lluvias provocaron derrumbes en tres tramos de la carretera y cerró el paso por completo.La tierra ocupó 50 metros de longitud y formó una loma de cinco metros de alto. Eso obligó a turistas y habitantes de las poblaciones de Muisne a hacer trasbordo y quitarse el calzado para llegar al otro extremo de la vía. Los turistas que iban y salían de los balnearios de Portete y Mompiche caminaron con las maletas en el hombro.
Los técnicos del Municipio de Muisne retiraron el lodo con volquetes, retroexcavadoras y tractores. Esta vía es importante porque conecta al sur de la provincia de Esmeraldas con el cantón Pedernales, en la provincia de Manabí.
El derrumbe incomunicó por 24 horas a las parroquias Sálima, San José de Chamanga, Bolívar y Daule. Ayer, en la tarde, los vehículos empezaron a circular, pero con dificultades.
Un poco más al sur, en Bilsa y Sálima, 20 familias fueron evacuadas por la subida del mar y el desbordamiento del río Sálima. El agua inundó la escuela y la cancha. Sus habitantes usaron canoas para salir.
“Perdimos ropa y colchones que se mejoran con el agua que subió rápidamente”, cuenta Gloria Moreira, habitante de Sálima. La Unidad de Gestión de Riesgos del Municipio de Muisne no alcanzó a llegar porque la vía estaba obstruida.
En la isla de Muisne, los 8 500 habitantes, sobre todo, los que habitan cerca al manglar, fueron sorprendidos por el mar, que llegó a las calles. Dionisio Cheme, habitante de Santa Rosa, dice que este fenómeno se presenta en cada invierno.
Las inundaciones también se registraron en Viche (Quinindé). Siete viviendas fueron las más afectadas. En abril del 2014, el desbordamiento del río Cube arrasó 35 viviendas. Los habitantes de 38 de 72 comunidades, que están a la orillas del Viche, temen que el afluente se desborde como el año pasado.
En el caso de Esmeraldas, la Unidad de Gestión Ambiente y Cambio Climático del Municipio reportó la caída de una casa de madera y caña, en el barrio El Embudo. En cambio, la zona de la parroquia Vuelta Larga se inundó con el desbordamiento del río Teaone.
En Los Ríos, las autoridades de Vinces alertaron ayer a la ciudadanía de abstenerse de circular por el sector sur del malecón. Allí, el pasado jueves, la fuerza del río Vinces por las intensas lluvias causó daños en esa infraestructura. 30 metros del malecón se destruyeron. El Municipio y la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos ejecutan obras de remediación temporal, para reforzar el muro.
Pero ayer el caudal volvió a crecer, por lo que se reactivó la alerta amarilla. Junto al sitio colapsado se encuentra la cárcel de Vinces, en una antigua edificación a manera de castillo. En caso de un problema mayor, está listo un plan para evacuar a los 79 privados de la libertad a otros centros de detención.
En el área rural de Vinces, en el sector del recinto San Gabriel, la madrugada del domingo, la casa de madera de la familia Valdez-López se desplomó. Sus cuatro miembros, que han recibido ayuda del MIES, están en una casa acogiente hasta levantar su vivienda.
En cantones rionsenses como Montalvo, Ventanas y Urdaneta se mantiene la emergencia decretada a través de sus cabildos. En Montalvo, por ejemplo, aún se reparan los muros dañados, por el desbordamiento de los ríos Cristal y Santa Rosa. Se inundaron extensas zonas de cultivos en más de 10 poblaciones.
Igual ocurre en Ventanas, donde el alcalde Patricio Urrutia movilizó maquinaria municipal y ayuda humanitaria a la parroquia Zapotal Viejo, donde se destruyeron un muro y 500 hectáreas de cacao, banano, maíz y arroz…
En la capital fluminense, dos familias de las riberas del río Babahoyo fueron evacuadas.
En Palestina (Guayas), los cultivos siguen inundados, pero se reparan los muros que fueron destruidos.