Un derrumbe en el sector Sierra Nevada, en Loja, causó la muerte de seis personas. Fotos: Xavier Caivinagua/EL COMERCIO
Seis personas que fueron atrapadas por un deslizamiento de tierra en Loja, en medio de una intensa lluvia, son las últimas víctimas de la época invernal.
La tragedia ocurrió a la 01:00 del viernes y generó dolor en los vecinos del sector de Sierra Nevada, en el sur de la capital lojana. Un alud de tierra se desprendió de la parte alta y destruyó el cuarto donde dormían ocho personas. De ellos, solo dos hermanos de 20 y 16 años, se salvaron.
En otra habitación aledaña, cuatro personas se salvaron.
Los fallecidos son Johana, de 50 años y sus hijos Johana, Evelyn, Gabriela, Daniela Asunción Lanche, y su nieto Josué Ayora, todos menores de edad.
A más de las pérdidas humanas, Loja también vivió los estragos de lo que fue la peor precipitación de este invierno en la madrugada de ayer.
Este tipo de tragedias ocasionadas por los efectos del invierno ya han cobrado la vida de 33 personas en lo que va de este año. Los deslizamientos, inundaciones y desbordamientos y crecidas de los ríos son escenarios que se han vivido en Santo Domingo de los Tsáchilas, El Oro, Guayas, Los Ríos, Esmeraldas, Pichincha, Imbabura, Bolívar, Cotopaxi, Chimborazo, Tungurahua, Napo, Morona, Loja, Azuay y Orellana.
Los primeros eventos ocasionados por las fuertes lluvias se presentaron desde el pasado viernes en Bolívar, Los Ríos y Santo Domingo de los Tsáchilas. Esta última provincia resultó afectada por cerca de 40 derrumbes que mantienen bloqueada a la vía Alóag,que une a la Costa con la Sierra.
Los deslizamientos, que afectaron sobre todo a la parroquia de Alluriquiín (en tierra tsáchila) fueron la causa para hablar de una zona en emergencia.
La alerta naranja decretada por la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR) para Santo Domingo, una parte de Pichincha y Cotopaxi rige desde el último jueves 26. El presidente Rafael Correa anunció ayer que la vía Alóag no se abrirá hasta que no terminen los trabajos de limpieza y la emergencia.
Una de las primeras acciones que se ejecuta desde la vigencia de esta resolución es la evacuación de los pobladores de la parroquia Alluriquín. Ahí hay viviendas que están asentadas sobre laderas y cerros que sufren de constantes deslizamientos, según la Prefectura.
Al momento se han evacuado a 281 familias hacia los albergues del coliseo Tsáchila. En este sitio reciben alimentos provistos por el Ministerio de Inclusión Económica y Social.
Las fuertes lluvias registradas en las últimas 24 horas también ocasionaron inundaciones en la Sierra Centro.
La precipitación de ayer en el cantón La Maná (Cotopaxi), provocó la anegación de varias casas de los caseríos Miraflores, La Playita, La Playa, Calabí.
En Bolívar el temporal bajó de intensidad. La lluvia se redujo y el caudal del río Chinguil Dulcepamba retorna a su cauce natural. El COE del cantón Chillanes, finalizó el estado de emergencia.
Pero hasta el martes pasado algunas comunidades continuaban incomunicadas, además 30 derrumbes a lo largo de la carretera que conecta a Guaranda con Babahoyo, obstaculizaban el paso. Las vías de la provincia están habilitadas pero el paso se cierra en las noches por precaución.
En una de estas vías, falleció Luis Muñoz, operario del Ministerio de Transporte y Obras Públicas. Él retiraba los escombros de la vía Balzapamba con una retroexcavadora, cuando un deslizamiento lo alcanzó y resbaló 200 metros hasta el río.
San Francisco del Cabo, en Muisne (Esmeraldas) amaneció ayer inundada por el oleaje. Foto: EL COMERCIO
El mar también se alteró
En la provincia de Santa Elena, los estragos del fuerte oleaje que azotó sus costas la tarde y noche del jueves, se extendieron hasta ayer. El jueves, el mar cobró la vida de tres personas, un comerciante de 27 años, y dos menores de 13 y 15 años.
Ángel Huebla, de Pallatanga, se ahogó mientras se bañaba junto a otras personas. Ocurrió aproximadamente a las 15:00. Los comuneros contaron ayer que el fallecido fue arrastrado por el mar y aunque en un primer momento fue rescatado, las fuertes olas lo volvieron a arrastrar mar adentro.
En la comuna Montañita, una de las playas más concurridas del país, el intenso oleaje todavía golpeaba con fuerza hasta pasado el mediodía de ayer. Para precautelar la seguridad de los bañistas, se colocaron boyas a 80 metros de la playa.
El oleaje también afectó a cerca de 50 familias, en las costas de Esmeraldas, cerca de la playa de San Francisco del Cabo, Muisne. Según testigos las olas alcanzaron cinco metros.