El lavado de dinero y las drogas afectan a la frontera sur

Los militares presentaron el dinero decomisado durante los patrullajes realizados en las poblaciones ecuatorianas asentadas frente a Perú.

Los militares presentaron el dinero decomisado durante los patrullajes realizados en las poblaciones ecuatorianas asentadas frente a Perú.

Los caminos de tierra que miden hasta 6 metros de ancho se esconden entre matorrales y pequeños riachuelos que alimentan al Catamayo, el río que está entre Ecuador y Perú. En ese país, a este afluente se lo conoce como Chira. Cuando sus aguas bajan grandes carros llegan a sus orillas para descargar, por ejemplo, tanques de gas de uso doméstico.

Los vehículos recorren sobre el agua y van entre Macará (Ecuador) y Latina (Perú) o viceversa. Este paso es ilegal y no es el único entre las dos naciones.

Las patrullas militares que operan en la frontera sur del Ecuador han detectado al menos 25 entre el 2013 y el 2014.
Estos pasadizos están especialmente entre los cantones de Puyango, Zapotillo, Macará, Calvas y Espíndola.

No existe un registro de la Aduana ecuatoriana de cuántas personas ingresan por estos puntos. Pero se ha identificado que por allí se perpetran delitos como el tráfico de combustibles y de droga, transporte ilegal de productos agrícolas, electrodomésticos, ropa…. Además, el ingreso de dinero sin justificación.

Este último delito es prácticamente nuevo en esta zona de frontera y las incautaciones en los operativos van en aumento. Por ejemplo, en el 2013 se retuvieron USD 24 000 mientras que en lo que va de este año ya suman 505 mil.

En el sector fronterizo también se ha detectado posibles estafas a haitianos que intentan llegar a Brasil. Policías entrevistados por El Comercio de Lima señalan haber identificado una mafia de coyotes, quienes cobran hasta USD 200 por cada indocumentado para trasladarlos a través de los pueblos ubicados entre Ecuador y Perú.

Lo que ocurre en Macará

Aquí lo tradicional ha sido el tráfico de combustible, que ahora se realiza en distintas modalidades. Una de ellas y la más común es el ordeño. Este consiste en que vehículos tanquean de lado ecuatoriano y pasan hasta el Perú y vacían el carburante en tanques en bodegas clandestinas.

Entre junio del 2013 y junio del 2014 se realizaron cinco operativos en la frontera sur.

Hubo 95 detenidos que fueron sentenciados. Además, en Macará 15 personas fueron procesadas por tráfico ilegal de combustibles, según datos de la Fiscalía General del Estado.

Otra forma de traslado ilegal de combustible es por el río.
Entre 5 a 10 galones, de 20 litros cada uno, atados con una cuerda se los pasa por el afluente. Grupos de personas conducen el cargamento para que la corriente no se los lleve, y trasladarlo en línea diagonal.

Estas formas de traslado por lo general lo hacen en la madrugada, en las primeras horas del día y cuando cae la tarde, sobre todo cuando no hay vigilancia de los militares o policías.

Hace 7 años atrás, el traslado era a cualquier hora del día, principalmente en el puente internacional Macará. Sobre el río se veía flotar galones y tanques de gas. Ahora eso no se observa en ese punto.

En los barrios fronterizos todos sus habitantes se conocen. Por eso cuando llega una persona extraña es identificada fácilmente. En el momento en que se tomaban fotos sobre personas que llevaban mercadería, una persona pidió borrar el material. Estuvo allí hasta conseguirlo. Nunca se identificó y luego se alejó del lugar.

El comentario entre la gente de Macará es que los barrios que están en línea de frontera son peligrosos. Los habitantes de esta zona temen dar detalles. Cuando se les pregunta si saben algo de los pasos ilegales evitan contestarla o simplemente responden con otra pregunta: ¿Cómo nos alimentamos en la frontera? ¿Dónde hay empresas para trabajar?

Los pasos en Zapotillo

En este cantón lojano, los pasos ilegales son visibles. De mayo a diciembre, cuando el caudal del río baja, las motos pasan sin mayor problema. La poca agua que circula se la toman los chivos. Los campesinos transitan con sus animales cargados de objetos. Hay quebradas que se secan por completo y se convierten en caminos de paso.

En las patrullas móviles que se realizan a pie o a caballo, los militares solicitan documentos y revisan los vehículos
Mientras que en los puntos fijos de control de frontera, por donde cruzan las carreteras binacionales, la revisión es más exhaustiva. Los uniformados revisan equipajes de las personas que se trasladan en buses o carros pequeños. Además, los chequeos se extienden a las personas para evitar que transporten armas o droga.

Fabián López, comandante del Batallón de Infantería nro. 7 Loja, dice que los patrullajes son programados en la zona de frontera. Cada grupo de vigilancia está integrada entre 30 y 50 uniformados, de acuerdo al área a incursionar.

En la oficina del comandante López, ubicada en la Zona Militar en la ciudad de Loja, tiene un amplio mapa pegado en la pared de su oficina. Allí se identifican todos los poblados fronterizos en la provincia de Loja y Zamora Chinchipe.

Son 200 kilómetros de frontera que están asignados al control del personal del Batallón de Infantería nro. 7 Loja. El área de operaciones va desde Trapasola en el cantón lojano de Puyango hasta San Andrés en Zamora Chinchipe. En el mapa, cada zona de patrullaje es sombreada con un color.

Para Cristian Rueda, expresidente de la Junta Parroquia de Bolaspamba, poblado fronterizo de Zapotillo, este tipo de controles ha permitido que el contrabando, particularmente de combustibles, disminuya.

Según datos de las Fuerzas Armadas, en el 2013 se decomisaron 1 917 galones de gasolina, mientras que de diésel sumaron 19 165 galones. Además, en las operaciones militares también se decomisaron 142 tanques de gas de uso doméstico.

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