Cuatro mafias en Argentina preocupan al papa Francisco

La Santa Sede precisó que las palabras del papa Francisco sobre el riesgo de 'mexicanización' de Argentina no tenían

La Santa Sede precisó que las palabras del papa Francisco sobre el riesgo de 'mexicanización' de Argentina no tenían "una intención estigmatizante hacia México". Foto: Riccardo Antimiani/ EFE.

La Santa Sede precisó que las palabras del papa Francisco sobre el riesgo de 'mexicanización' de Argentina no tenían "una intención estigmatizante hacia México". Foto: Riccardo Antimiani/ EFE.

El 3 de agosto del 2014, dos sicarios interceptaron a un hombre de origen chino en el tradicional barrio Balvanera, de Buenos Aires (Argentina). Lo hicieron arrodillar y le dieron tres disparos en la cabeza.

El dinero que llevaba la víctima en una bolsa negra, cerca de USD 18 000, estaba intacto, por eso, para las autoridades es claro que se trató de otro ajuste de cuentas de la mafia china, que controla el cobro de ‘vacunas’ a comerciantes, a cambio de seguridad, y las redes de trata de personas.

Semanas después fue detenido en la ciudad fronteriza de Puerto Iguazú Pantaleone Mancuzo, un italiano de 52 años, señalado de liderar la poderosa organización criminal calabresa, conocida como la ‘Ndrangheta’, dedicada al tráfico de narcóticos.

Agentes antimafia de Estados Unidos tienen evidencia de que en Argentina los calabreses trabajan en llave con capos colombianos ligados a la ‘Oficina de Envigado’, además, con el cartel mexicano de Los Zetas. Gracias a esas alianzas, la ‘Ndrangheta’ es calificada como la mafia más poderosa del mundo, al manejar el 80% de la coca que ingresa a Europa, facturando cerca de 40 000 millones de euros al año.

En Argentina se sigue creyendo que estos son casos aislados, al igual que la captura de decenas de narcos colombianos que llevaron familias y fortunas a ese país. Pero ya no hay duda de que la nación se puede estar convirtiendo en la base de operaciones de grandes bandas criminales.

A esa misma información ha tenido acceso el papa Francisco, quien a fines de febrero protagonizó un polémico ‘impasse’ luego de que se hiciera pública una carta privada en la que le advirtió a su amigo Gustavo Vera, legislador de Buenos Aires, que temía que su país se ‘mexicanizara’, haciendo referencia tácita a los altos índices de violencia que acosan a ese país por cuenta del narcotráfico.

Si bien los argentinos aún no han tenido que presenciar masacres monumentales, como la de 43 estudiantes en la ciudad de Iguala (México), ya tienen en su territorio a capos de todos los calibres. Además, laboratorios para el procesamiento de coca y más de 2 000 pistas clandestinas para disparar cargamentos.

“Ya no son solo capos colombianos camuflando coca en muebles antiguos, como hizo Daniel ‘El Loco’ Barrera. Ahora, lo que hay en Argentina es un grupo de emisarios de las redes más poderosas de narcotráfico de varias partes del mundo”, le aseguró al diario El Tiempo (Bogotá) un oficial colombiano que ha trabajado durante meses encubierto en las calles de Rosario, Santa Fe y Buenos Aires, en donde nació el papa Francisco.

Agentes antimafia de Estados Unidos ratificaron a reporteros de ese medio de comunicación la presencia de las mafias. Aseguraron que la crisis política que vive Argentina les facilita su accionar y agregaron que el Papa está muy bien informado.

Alistan segundo informe

El Tiempo decidió hablar directamente con Vera, en Argentina, y este aseguró que a los chinos, a los colombianos y a los calabreses se une un cuarto grupo, cuya existencia se le notificó al sumo Pontífice.

Se trata de la llamada banda de Raúl Martins, un exagente de la inteligencia argentina que ahora trabaja con el cartel mexicano de Los Zetas y que es señalado, además, de manejar al menos 60 locales de prostitución en Buenos Aires.

De hecho, Jaime Stiusso, exjefe de Martins en la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), acaba de ser retirado y ahora se indaga si es cierto que tiene nexos con las redes que manejan los precursores químicos, el lavado de capitales y la salida de cargamentos de coca por el aeropuerto Internacional de Ezeiza.

“Los síntomas de la ‘mexicanización’ se ven en la calle, donde hay ‘cocinas’ y ‘búnkeres’ (ollas). Hay un nivel de violencia extraordinario que se va desparramando a los sectores periféricos. En Rosario, el año pasado hubo más de 500 muertos relacionados directa o indirectamente con el narcotráfico, y en el Bajo Flores (sur de Buenos Aires) hubo más de un centenar de muertos por esas circunstancias”, dijo Vera.

Y agregó que estos síntomas ya los planteó la Organización de Naciones Unidas, que tiene una especie de ‘ranking’ en la que Argentina es el primer consumidor de cocaína en Latinoamérica y el tercer exportador mundial de esta droga.

“Además, hay cinco funcionarios del orden nacional, procesados judicialmente por tráfico de efedrina para abastecer a carteles mexicanos.

Aquí también hay 4 000 pistas clandestinas, solo 2 000 reconocidas por el Gobierno, aunque no desmanteladas. Y en las metrópolis hay ‘cocinas’ de producción de clorhidrato de cocaína, con un nivel de ­pureza del 92%”, ­señaló Vera.

A pesar de la ausencia de estadísticas oficiales sobre la violencia que se vive en el país austral, la situación está llegando a niveles tan críticos que hay grupos de ciudadanos y de universidades, como la de Rosario, que se están dedicando a consolidar todos estos datos.

De hecho, esta información es enviada cada semana al Pontífice para que la evalúe.

Uno de los más recientes informes que fue al Vaticano hace referencia a la muerte del intermediario financiero Mario Benedit, a finales de diciembre del 2014. Al parecer, el alto ejecutivo no solo estaba vinculado a la circulación de dólares ‘truchos’ (falsos) en el sistema financiero, sino también a la venta de drogas sintéticas en la alta sociedad argentina.

A este hombre se le atribuyen, además, nexos con expolicías y exmilitares peruanos que controlan las ‘cocinas’ en ciudades como Buenos Aires y Rosario, y se concentran en la triple frontera de Brasil, Paraguay y Argentina.

La semana pasada, el Papa recibió un nuevo informe sobre la ubicación exacta de los grandes laboratorios de coca que funcionan en Santa Fe, Rosario, Córdoba, Tucumán y Buenos Aires, que controlan extranjeros y nacionales. Y aunque el Vaticano hizo saber que las advertencias del Pontífice no quisieron ofender a México, no se descarta un nuevo pronunciamiento en relación con la crisis en Argentina.

En contexto

El epicentro provincial del narcotráfico es Rosario, la tercera ciudad de Argentina, donde hay 20 muertos por cada 100 000 habitantes. En la década de los 30, Rosario se ganó el apodo de ‘La Chicago argentina’, por la existencia de un brazo de la mafia siciliana (Italia).

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