Antonio Ricaurte (izq.) y Mauricio Rodas (der.) se alejan más en términos políticos. Fotos: Archivo / EL COMERCIO.
La relación fluida entre Mauricio Rodas, alcalde de Quito, y Antonio Ricaurte, concejal municipal, quedó atrás. Los días de campaña terminaron, ambos fueron electos, y ahora las diferencias siguen aflorando. Hoy, viernes 12 de septiembre, hubo una nueva fricción.
Esta vez el desacuerdo se dio tras la reunión en Guaranda, el pasado miércoles, a la que asistió el Alcalde, junto con otras autoridades locales no alineadas con el oficialismo. Según el edil, Rodas debió haber informado de su viaje a los miembros de la alianza SUMA-VIVE.
Ricaurte afirmó que la alianza político electoral entre sus movimientos no fue para oponerse al Gobierno y que, por el contrario, fue para coordinar acciones y trabajar de manera conjunta la capital. El concejal dijo que jamás permitirá que se produzca una reunión con fines de oposición al Gobierno desde un espacio de derecha.
En la cita de Guaranda participaron también los alcaldes de Guayaquil, Jaime Nebot, y de Guaranda, Ramsses Torres, y los prefectos de Azuay, Paúl Carrasco, y de Morona Santiago, Marcelino Chumpi, entre otras autoridades seccionales.
El resultado fue una Declaración de 12 puntos, entre los cuales se pedía respeto del Gobierno Nacional a la autonomía de los gobiernos locales. Los participantes decidieron tomar medidas sobre temas coyunturales como las competencias de tránsito, la fijación de límites, la plusvalía de la tierra y la gestión del suelo.
Esta es la segunda ocasión en que la alianza SUMA-VIVE presenta fisuras. El pasado jueves 5 de junio, Ricaurte votó con el bloque oficialista en una de las sesiones del Concejo y no con sus compañeros.
La sesión municipal se clausuró ante la sorpresa de los demás miembros de la alianza y después el Ricaurte dio una rueda de prensa acompañado de los concejales de Alianza País. Ahí argumentó que su decisión había sido tomada por coherencia, para la conformación de las comisiones del Concejo.