Mery Zamora acudió este jueves 19 de febrero, como de costumbre, a dar clases en la escuela fiscal Lorenzo Luzuriaga, en El Limón, sureste de Portoviejo. En el centro de estudios, el personal de conserjería recibió a un grupo de periodistas y pasó el recado a la docente.
En el portón de hierro de ingreso, algunos padres de familia no sabían lo que sucedía. Pasado el mediodía, cuando Mery Zamora sale a la calle para hablar con los comunicadores sociales simplemente la aplauden y le dicen que están con ella.
Sonriente, la profesora accede a dialogar con los periodistas. En sus manos porta dos marcadores líquidos, uno rojo y otro negro. Alza los implementos para demostrar que está trabajando. “Soy maestra, madre y mujer, todo mi afecto llevo a las aulas hacia mis niños” y solloza.
Luego, cuando se tranquiliza, asegura que cinco años ha tenido que soportar una persecución inmisericorde. “Aquí hay un linchamiento que no ha escatimado esfuerzo alguno en grandes sabatinas y en grandes cadenas de televisión queriendo desfigurar primero mi condición y papel como maestra, poniéndome epítetos que agreden la dignidad como docente”.
La exdirigente de la Unión Nacional de Educadores (UNE) se siente vulnerada por la serie de imágenes que circulan con su rostro en las redes sociales. “Quieren atentar contra mi integridad“. Ella se enteró sobre el suceso el 18 de febrero cuando se realizaba una terapia en la clínica del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), en la capital manabita, después de las 13:30.
Lo profesora insiste en que las fotos son un montaje, “dejo a ustedes mis amigos y amigas para que lo juzguen”. Zamora agradece el apoyo que ha recibido. “Me han llamado vía telefónica y también se solidarizan a través de las redes sociales”. Y califica al respaldo de su familia como vital en estos momentos.
Zamora todavía no sabe qué acciones emprenderá ella junto a su movimiento político. Por lo pronto, señala, seguirá trabajando como educadora y enseñando a sus estudiantes pues ese es su trabajo del cuál dice enorgullecerse siempre.