Los militares también aprenden técnicas para el control interno

En Santo Domingo de los Tsáchilas, los militares colaboraron con la Policía en los patrullajes para frenar cinco delitos.

En Santo Domingo de los Tsáchilas, los militares colaboraron con la Policía en los patrullajes para frenar cinco delitos.

El temblor que afectó a Quito apenas había pasado. Era mediados de agosto y los controles de militares y policías comenzaban en las canteras abiertas en San Antonio de Pichincha.

Esa fue la última vez que agentes de las dos instituciones se reunieron en las oficinas del Comando Conjunto de las FF.AA. y allí coordinaron las operaciones en las minas. Esto lo recordó ayer, 20 de noviembre, un alto oficial de la Policía, en Quito. Hace tres años esas reuniones eran permanentes y los uniformados de ambas instituciones patrullaban la capital. Ahora, el trabajo de los uniformados se ha centrado en el control de armas y de combustibles.

En medio de esos hechos, anteayer el ministro de Defensa, Fernando Cordero, y otros funcionarios presentaron en la Asamblea sus aportes a la enmienda constitucional relacionada con los militares. Lo que se quiere con esa iniciativa oficial es que los soldados colaboren en tareas internas en coordinación con los policías.

Pero el propio Cordero dijo que eso no es nuevo, que ya trabajan, por ejemplo, en temas de narcotráfico o incendios.

¿Dónde está el cambio? Hasta el momento, en la Constitución (art. 58) se dice que las Fuerzas Armadas “tienen como misión fundamental la defensa de la soberanía y la integridad territorial”. Además se indica que “la protección interna y el mantenimiento del orden público son funciones privativas del Estado y responsabilidad de la Policía Nacional”.

Pero en la enmienda se plantea incluir que la misión “complementariamente será el apoyo en la seguridad interna...”. Los cambios se analizan actualmente en la Comisión Ocasional de la Legislatura.

¿Por qué el planteamiento? En el mismo documento entregado a la Asamblea se dice que el crimen organizado, la delincuencia transnacional y el narcotráfico son amenazas que afectan al país.

Pero la intervención de las FF.AA. ya se trata en la Ley Reformatoria a la Ley de Seguridad Pública, aprobada en mayo en la Asamblea. Allí se plantea que los militares, sin descuidar su misión fundamental de defensa externa, “intervendrán por disposición del Presidente de la República, en la protección interna, el mantenimiento y control del orden público y seguridad ciudadana”.

En el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas se dijo que en las tareas de control interno se usan pistolas nueve milímetros. Por ello, en la Ejecución Presupuestaria del Ministerio de Finanzas se advierte que el año pasado el Gobierno invirtió USD 7,14 millones en armamento para el Ejército.

Y tras la aprobación de la Ley de Seguridad Pública ya se dieron los primeros operativos conjuntos entre militares y policías. A mediados de este año, hubo patrullajes en Santo Domingo de los Tsáchilas. El objetivo: neutralizar cinco delitos que causaban conmoción.

Instrucción militar

Los cambios militares dentro de la Constitución también implica la formación de los uniformados. En las escuelas de formación de voluntarios y oficiales ya se dictan clases sobre temas de seguridad interna.

Por ejemplo, en la Escuela Superior Militar los cadetes reciben materias relacionadas con este tema y se han hecho coordinaciones con la Policía para recibir instrucción en tránsito, antinarcóticos, seguridad, etc.

También, desde hace dos años, se han dictado cursos de procedimientos policiales dirigidos al personal de tropa de las FF.AA. Los soldados se capacitan en detenciones, cacheos, controles en las ciudades, técnicas de detención, control de armas de fuego y antidelincuenciales, disturbios, etc.

Dentro de las competencias de los soldados está el control de armas de fuego en las calles.

Como parte de esas operaciones, Cordero destacó que se han decomisado 17 000 artefactos y esto ha contribuido a la reducción en la tasa de homicidios y asesinatos en el país.
Hasta junio de este año estaba en 3,7 por cada 100 000 habitantes. En el 2008 era de 18,88.

Pese a los controles, un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), refiere que Ecuador tiene un alto registro de homicidios cometidos con armas.

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