Que Patiño pague con lo suyo

Ricardo Patiño actúa como cualquier cosa menos como un canciller. Al menos como canciller de un país que dice afrontar los temas internacionales con seriedad y en beneficio de los intereses de sus ciudadanos.

Ayer dejó en claro, por si a alguien todavía le quedaba alguna duda, que podría desempeñarse mucho mejor como dirigente político barrial que como jefe de la diplomacia de un país.

Al anunciar que el Ecuador ha decidido romper cualquier cooperación con Alemania en temas ambientales, anunció con inmensa soberbia y sarcasmo que para que los alemanes aprendan a no inmiscuirse en los asuntos internos de otro país, el Ecuador entregará a Alemania USD 7 millones para que los diputados alemanes se capaciten. Lo más grave no está en la soberbia o en el gesto poco diplomático hacia un país que ayudó al Ecuador en el tema Yasuní y en las conversaciones para acceder a un acuerdo comercial con Europa, sino en su desprendimiento con dineros que no son suyos ni del partido en el que milita. No, Patiño lanza la bofetada a los alemanes diciéndoles que les va a devolver los USD 7 millones, más intereses, que entregaron para temas ambientales y, además, que les donará otros 7 millones de euros para la capacitación de sus diputados.

Sería bueno conocer si Patiño está al tanto de que esos USD 7 millones adicionales no son suyos sino de los ecuatorianos que, sin duda, los van a necesitar ahora que el precio del petróleo se vino abajo.

Las declaraciones del ministro, además, revelan un singularísimo sentido de la soberanía, a la que dijo haber apelado al tomar la decisión. Muy fácil ser soberano cuando lo que está en juego son convicciones ideológicas propias y no los intereses del país que le paga el sueldo de canciller. Muy fácil mostrarse soberano, además, si el dinero que ofrece es de otros.

Patiño ha hecho una oferta y si es funcionario serio debe cumplirla. Ojalá lo haga con su propio y soberano dinero.

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