Varios países de la Unión Europea (UE) plantearon hoy (22 de julio del 2014) imponer un embargo de armas a Rusia, tras el ataque contra un avión de Malaysia Airlines desde territorio controlado por los rebeldes prorrusos en el este de Ucrania, que causó 298 víctimas, en su mayoría holandesas.
“Es difícil explicar a la opinión pública de nuestros países, pero ahora también al de otros países europeos, que nosotros vendemos naves pero también otra tecnología militar al país que suministra misiles antiaéreos a los terroristas y a los separatistas” , dijo el canciller de Letonia, Edgars Rinkevic.
A su llegada al Consejo de ministros de Exteriores de la UE, el jefe de la diplomacia lituana, Linas Linkevicius, afirmó que
“no es lógico no imponer un embargo de armas contra un país al que acusamos de agresión”.
Linkevicius también defendió dar el estatus de terrorista a los territorios ucranianos de Donetsk y Lugansk, y aludió al contrato de Francia para suministrar naves Mistral a Rusia diciendo: “Hay acuerdos que podemos explicar desde el punto de vista económico pero que no pueden ser comprendidos” .
Una posición sostenida también por el ministro sueco Carl Bildt (“entregar armas a Rusia es una posición muy difícil de defender”) y por el británico Philip Hammond que, retomando lo afirmado ayer por el premier David Cameron, auspició “una prohibición de toda venta de equipos militares, naves y tecnología”.
El ministro español, José García-Margallo, especificó que el embargo de las armas debería ser considerado parte de la llamada “fase 3” de las sanciones, que abarcaría a “sectores económicos enteros” de Rusia por no contribuir a reducir la tensión en la crisis ucraniana, que podría ser puesta en marcha sólo por los líderes europeos, por lo que no descartó la convocatoria de una cumbre extraordinaria.
A su llegada al Consejo, el ministro de Exteriores francés, Laurent Fabius, se expresó sólo sobre una cuestión de Medio Oriente y evitó tomar posición sobre la crisis de Ucrania.
Ayer, el presidente francés Francois Hollande reiteró que la entrega de la primera de las dos naves Mistral (un contrato de un valor de 1.200 millones de euros) seguirá adelante como estaba previsto en octubre, pero la segunda entrega “dependerá de la actitud de Rusia”. “En esta fase no han sido impuestas sanciones que nos obliguen a renunciar al contrato”, dijo.