El movimiento nacional ‘Concertación’ se lanzó oficialmente esta mañana en Guayaquil. En la plaza Rocafuerte, junto a la iglesia de San Francisco, en la avenida Nueve de Octubre, se reunieron los impulsadores de varias ciudades y seguidores del movimiento que busca ser una “alternativa democrática” en el Ecuador.
Desde antes de las 10:00 comenzaron a llegar delegaciones de sectores populares de Guayaquil y conocidos personajes de la política nacional César Rohón, Benjamín Rosales, José Pileggi, Juan Carlos Solines, Teodoro Bustamante, Freddy Rodríguez, Juan Fabara, José Gallardo Román, Esteban Bernal, entre otros. Los asambleístas César Montúfar, Leonardo Viteri y Enrique Herrería también son parte del movimiento, pero no asistieron al acto esta mañana.
Benjamín Rosales dijo que se trata de un movimiento progresista de centro, ya que “no nos gusta los extremos, ni de izquierda ni de derecha”. Se repartieron hojas donde se leía ‘Juntos sí podemos construir un Ecuador con seguridad con prosperidad, con libertad’. Luego de cortos discursos y testimonios de ciudadanos de la razón por qué apoyan al movimiento, se empezó la recolección de firmas para inscribir a al agrupación ante el Consejo Nacional Electoral y participar activamente en las elecciones del 2013. No se mencionó candidaturas, ya que estas saldrán de las elecciones primarias.
‘Concertación, juntos sí podemos’ es el slogan del movimiento que estaba impreso en las banderas blancas que llenaron la plazoleta.
En el acto se leyó el ‘Manifiesto’ donde se invitó a los ecuatorianos a participar en la construcción colectiva del movimiento.
Menciona que se trata de hombres y mujeres “de ideas progresistas provenientes de diversas vertientes políticas o sin militancia anterior, insertados en el mundo contemporáneo, defensores de la libertad y de la democracia, opuestos a la violencia, respetuosos del pensamiento ajeno, reconocidos por lo que otros hicieron por el progreso de nuestra patria, decididos a desarrollar el Ecuador económica u socialmente y convencidos de la necesidad de hacer de la política una actividad ética al servicio del bien común”.
Entre los propósitos se menciona “restituir la división del poder público, la independencia de la justicia, el pluralismo político, el respeto a la libre expresión y a las libertades ciudadanas, la autonomía y la representatividad de los órganos de control y fiscalización de los actos de las autoridades”.