El flash de las cámaras fotográficas y de los celulares se volvió a encender en el bulevar de las Naciones Unidas. Los transeúntes y turistas aprovechan su paso por el lugar para retratarse con las 28 esculturas, entre clásicas y contemporáneas, que forman parte de la muestra ‘Volver a Ver’.
A la altura de la calle Japón están dos esculturas de bronce, de Eugenio Espejo y Don Evaristo.
Verónica López y Daniela Samaniego se fotografiaron con ellas. López acude permanentemente al bulevar porque hace deporte. Ayer se sorprendió con la nueva muestra. “Es bueno porque hay variedad y más visitantes”.
Para Samaniego se aprecia mejor las figuras y sus detalles. “A veces no conocemos las esculturas de la ciudad. Ahora hay una reseña hasta en el sistema Braille”.
Las obras fueron elaboradas en piedra, bronce, hierro y cemento. Algunas datan de inicios de 1900 y otras del 2000 en adelante. Estas fueron removidas de sus lugares habituales como redondeles, plazas y calles, debido a su estado de deterioro y por las intervenciones viales que realiza el Municipio de la ciudad.
22 artistas trabajaron en la restauración. Esculturas como de Las Tahitianas, que estaban ubicadas en el redondel de la av. Naciones Unidas y América, estaban deterioradas. Las dos mujeres, de 2 metros de alto, tenían grietas y grafitis.
La iniciativa fue de la Fundación de Museos de la Ciudad, que busca fomentar la apropiación del espacio público, así como la valoración y el respeto a estas obras de arte. Según Ana María Armijos, directora de la Fundación, Quito cuenta con unas 400 esculturas. Algunas están enmarcadas en las conmemoraciones históricas y otras en el programa Arte para Todos, que se desarrolló en los años 90. En este año se las restaurará, el propósito es incorporarlas a la muestra del bulevar.
La muestra estará hasta el 31 de octubre. Luego algunas esculturas serán reubicadas y otras se quedarán en el bulevar.
Punto de Vista
Marcia Vásconez. Autora de Las Bañistas
Mi intención con el arte y la escultura es que las obras sean vistas por la mayor parte de gente. Desde que fui estudiante me preocupé por colocar mis obras en espacios públicos. Que las esculturas estén en el bulevar es para que la ciudadanía tenga una visión de lo que es el arte, no el de la galería. Es una oportunidad de mostrar que el arte es para todos. Este tipo de exhibiciones hacen que las obras se integren a la comunidad.
Victoria Vásconez. Autora de Las Tahitianas
El bulevar es un espacio apropiado para una muestra como la de Volver a ver. Es abierto y la gente que pasea tiene la oportunidad de ver y tocar las esculturas. Aquí el contacto visual es más directo y a detalle de cada pieza. En un redondel no se las aprecia plenamente porque la gente pasa en buses o carros a velocidad. Se debería buscar más espacios como estos para acercar el arte a la comunidad. A los artistas nos ayudan a difundir nuestro trabajo.
Mauricio Suárez. Artista autor de El Colibrí
La sociedad se demora en apropiarse de una obra. Exposiciones como esta ayudan a que la gente conozca y disfrute de las esculturas. Lo importante es que formen parte de la cotidianidad de la ciudad. La gente cree que no sabe de arte y el arte solo hay que disfrutarlo, así no se tenga ningún conocimiento. Es solo cuestión de sensibilidad, estética. .. Una exposición al aire libre causa una conmoción, la gente entra en un diálogo con las obras.
Marcia Balladares. Artista autora de Rojo e Intenso.
Que el bulevar sea una gran galería pública es una buena propuesta. Las esculturas vuelven a recuperar el sentido con el que fueron concebidas. Muchas estaban invisibilizadas, olvidadas y destrozadas. Como artista me da satisfacción recuperar las piezas. Estas iniciativas promueven que el público se apropie de los elementos que hay en la ciudad, los cuide, los proteja. El Municipio debe fomentar más espacios donde se exponga el arte público.