Una casa cultural que muestra los recuerdos del Holocausto

En el museo de la Casa Cultural.   Ana Steinitz muestra las fotos que reunió la familia sobre el Holocausto.

En el museo de la Casa Cultural. Ana Steinitz muestra las fotos que reunió la familia sobre el Holocausto.

La casa donde vivió la checa Trude Sojka encierra una historia de tragedia, miedo y esperanza. Construida en 1948, en una de sus paredes hay una pequeña puerta que permite el ingreso a una habitación secreta, de 4 metros cuadrados, con salida al patio posterior. Este “cuarto secreto”, para la familia Steinitz Sojka, es el símbolo del miedo que trajo su dueña desde Europa a Ecuador, en 1946.

Su hija, Ana Steinitz, encargada de la Casa Cultural, ubicada en La Floresta, en el norte de la urbe, cuenta que su madre mandó a construir esa habitación por psicosis de haber vivido el Holocausto. Sojka era artista plástica y vivía en Praga. Cuando la detuvieron fue trasladada al campo de concentración nazi de Terezin.

Allí permaneció tres meses junto con otros artistas, después fue trasladada junto con miles de judíos en los llamados “trenes de la muerte” a otro campo, pero de exterminio, llamado Auschwitz.

Ahí permaneció un año, hasta que fue liberada el 27 de enero de 1945 por el Ejército ruso, al final de la Segunda Guerra Mundial.

“Mis dos hermanos y yo no sabíamos del cuarto secreto, pero cuando ya crecimos, entramos y encontramos víveres, comida enlatada y linternas. Eso nos llamó mucho la atención, quizá era la muestra de que mi madre estaba preparada por si los nazis llegaran a Ecuador”, comenta Ana.

Ahora, el “cuarto secreto” es un pequeño museo donde se exhiben fotos de judíos dentro de los campos de concentración tomadas por el Ejército nazi y que fueron reunidas por la familia.

A pesar de que la señora Trude, como la llamaban sus allegados, no le gustaba conversar sobre los tristes hechos de su vida, su nieta Gabriela Fonseca Steinitz asegura que su abuela le contó que una vez en Auschwitz tenía tanta hambre que tomó un pan de la boca del cadáver de una amiga que murió por tifoidea, y no le importó si se contagiaba.

En la Casa Cultural Trude Sojka también se exhiben recuerdos de hace 60 años, el más preciado, una invitación de la Cruz Roja Ecuatoriana enviada por el hermano de Trude Sojka, Walter. Él dictaba en el país conferencias de química en la Universidad Central. Ese fue el ‘pasaporte salvavidas’ para que la señora Sojka llegara en barco al país, en 1946.

Trude falleció en Ecuador, en el 2007, a los 97 años.

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