En el 2011, en Estados Unidos, una computadora ganó el concurso en el que también participaron humanos. El juego se trataba de responder preguntas en el programa de televisión ‘Jeopardy’.
Las habilidades de reacción de los concursantes se pusieron a prueba ante la rapidez de una máquina que buscaba en su base de datos las respuestas para contestar las preguntas.
Se trata de la computadora de IBM denominada Watson, que fue desarrollada con base en la inteligencia artificial.
Esta tecnología ayuda a las máquinas a pensar de manera similar a los seres humanos y ayuda a resolver problemas.
Este tipo de tecnología es cada vez más cercano a las personas. En la actualidad los usuarios están conectados a los dispositivos móviles que direccionan actividades cotidianas.
Dentro de este espectro se encuentran los autos inteligentes, que se conducen solos sin la necesidad de ser maniobrados por un ser humano. La tecnología que permite comunicarse con el conductor o movilizarse automáticamente ya se está implementado en la industria automotriz. Este tipo de innovación no solo permite perfeccionar sistemas mecánicos sino dar confort durante los viajes.
Ángel García, doctor en Ingeniería en Telecomunicaciones de Madrid y Prometeo, de la Senescyt, en Ecuador, menciona que este tipo de inteligencia está presente en los automóviles, ya que utilizan GPS para determinar las rutas y el tráfico, en cuestión de segundos.
“Hemos pasado del enfoque de las máquinas que sean capaces de pensar por las personas a máquinas que resuelvan problemas”, dice García.
En los dispositivos móviles también encontramos inteligencia artificial, ya que se ha creado un asistente personal que contribuye con el desarrollo de actividades comunes. Esto se hace a través de asistentes de voz, a los cuales se pide información de sitios, del clima, ‘personal trainer’…
Incluso se están utilizando robots para acciones cotidianas. Por ejemplo, en Wall Street se usan para tomar decisiones multimillonarias en cuestión de nanosegundos.
“Las máquinas en un futuro van a desplazar el trabajo de las personas. Es importante entender que siempre que hay un avance científico a más de facilitar la vida a la sociedad, muchas profesiones se verán afectadas”, dice García.
Otra de las invenciones en el campo de la inteligencia artificial se centra en la enseñanza. Un claro ejemplo son los robots denominados Bo y Yana, que caben en la palma de la mano y enseñan a los más pequeños sobre programación.
Estos muñecos electrónicos pueden jugar entre sí o incluso pelear. Vikas Gupta, fundador de Play-i, la firma de California que diseñó estos juguetes, señaló en el Salón Internacional de la Electrónica de Consumo (CES) de Las Vegas, que el objetivo de estos dispositivos es que los niños aprendan de programación y no se molesten con una sobrecarga cognitiva.
Incluso hay robots que sirven para hacer compañía a los ancianos o que sirven como un sistema de telepresencia, como los Double Robotics, que utilizan un iPad adosado a un soporte con ruedas que permite que el rostro del usuario aparezca en la pantalla y “circule” por la oficina incluso si está trabajando a distancia.
Otra de las llamativas presentaciones en Las Vegas corre por cuenta de la firma japonesa AIST, con su robot Paro, diseñado para lucir como una foca bebé y estimular la terapia con animales para personas en los hospitales. El mercado mundial de la robótica de consumo movilizó USD 1 600 millones en 2012, dominado por los sectores de tareas y entretenimiento, según ABI Research, que prevé un crecimiento a USD 6 500 millones para 2017.
El desarrollo de la inteligencia artificial en Latinoamérica y en especial en Ecuador es muy precario, ya que no existe investigación. Hugo Banda, investigador y profesor del departamento de Informática y Ciencias de Computación de la Politécnica Nacional, menciona que en las universidades esta ciencia simplemente es una materia de cuatro horas a la semana por semestre. Además, que no existe un interés por parte de las personas.
“Lo importante es que la comunidad científica del Ecuador está interesada en impulsar el desarrollo de la inteligencia artificial en la educación”, indica el investigador ecuatoriano.
En contexto
Durante cuatro días, la Escuela Politécnica Nacional realizó el congreso Inteligencia Artificial, en el que se explicó el desarrollo de esta área. Además se presentó el libro denominado ‘Inteligencia Artificial. Principios y Aplicaciones’.