Las artesanas de la comunidad de Tuntiak, del cantón Centinela del Cóndor, participaron en la feria de Zamora. Foto: Lilia Arias / EL COMERCIO
Los shuar convierten las semillas de la achira, zapote, guaba y otras frutas en collares, manillas, aretes, cinturones… Para dar un toque más atractivo los adornan con plumas y mullos.
Las técnicas de las familias de esta etnia, que viven en los nueve cantones de Zamora Chinchipe, fueron expuestas a los turistas a través de ferias que se hicieron en Guayaquil, Quito, Loja y Zamora. En esta última fue a inicios de julio. También mostraron su gastronomía como los ayampacos (pescado envuelto en hoja de plátano o bijao y asado), acompañados de chicha de yuca.
Consuelo Unup, de 65 años, vive en la parroquia de Chicaña del cantón Yanzatza. Ella participó en estas ferias y considera que con esta actividad se rescatan sus costumbres ancestrales y obtienen ingresos.
Unup labora y comercializa los collares y otros adornos, que tienen más demanda desde hace cinco años. Ella y su esposo Alfonso Taisha, quien falleció en el 2013, abrieron hace cuatro años un almacén de artesanías en su casa, en la comunidad San Juan de Kayap.
La mujer y las familias de sus nueve hijos tejen canastas y confeccionan la bisutería que ofrecen a los turistas en el Centro de Artesanías Shuar Tzanka, que fundó su esposo. Los precios oscilan entre USD 1 y 20, dependiendo del tamaño y del número de semillas que tiene cada prenda.
Taisha trabajó durante siete años en un proyecto de elaboración de artesanías shuar y capacitaciones en las escuelas bilingües. Participó en los fondos concursables del 2009-2010, que impulsó el Ministerio de Cultura y recibió un aporte de USD 6 000.
Con ese dinero construyó una amplia choza con techo de paja, donde ahora funciona el centro Tzanka. También, compró instrumentos, vitrinas, lijadora y perforadora de semillas para elaborar las artesanías.
Foto: Lilia Arias / EL COMERCIO
En la actualidad, el Municipio de Yanzatza promociona este trabajo, que es parte de una oferta turística que busca mostrar los saberes ancestrales de los shuar. Para el alcalde, Bladimir Armijos, esta iniciativa continuará para rescatar el aporte cultural de esa etnia.
Según Unup, la materia prima se extrae de las plantas silvestres, que son procesadas durante 15 o 30 días para elaborar la bisutería. “Hay semillas que no se encuentran en la zona y por eso tenemos que internarnos en la selva para buscarlas o comprar en provincias como Morona Santiago y Pastaza”.
La ecologista Yolanda Reyes aprendió a tejer estas artesanías hace 13 años. Le enseñó una anciana shuar, quien le contó que las semillas son una suerte de transmisor de energía de la Madre Tierra.
Esos conocimientos ancestrales se rescatan con un proyecto de Soberanía Alimentaria, que impulsa la Unidad de Cultura del Gobierno Provincial de Zamora Chinchipe. Allí, se incluye el apoyo a las artesanías de etnias de los Saraguros, Shuar y Puruhá, que representan el 15,56% de la población total de la provincia.
Foto: Lilia Arias / EL COMERCIO
Esa propuesta se aplica en los nueve cantones y se trabaja de forma conjunta con las comunidades. Por ello, se organizan las ferias como las efectuadas en Quito, Guayaquil, Loja y Zamora.
Hay exposiciones en las cuales se presentan diferentes modelos de bisutería como changuinas, coronas, shacapas, manillas, collares y epitacas. Además, elaboran ollas y platos de barro, llaveros y productos pequeños.
Para el indígena Ángel Medina, quien es coordinador de Cultura de la Prefectura de Zamora Chinchipe, es complicado lograr que las comunidades muestren su conocimiento ancestral. Sin embargo “la educación permitió que expusieran su forma de vida y que esa actividad se convierta en un sustento económico”.
Como parte de esta iniciativa, a inicios de julio, el Centro Shuar Kim de Mujeres productoras ofreció ayampacos en la plaza de San Sebastián de Loja. Ellas participaron en la Feria Binacional de Semillas.
El lojano Pablo León observó por primera vez la forma de prepararlos. Según él, este tipo de comida se debe promocionar más, porque su forma de cocción es sana.
Las artesanías
El canasto o chankin se elabora con el bejuco Káap. Entre las variedades de canastos está el impermeable o pitiak, que sirve para llevar alimentos calientes.
La lanza o Naki tienen varias dimensiones. Se elabora con la madera de chonta y se adorna con plumas de tucán. La punta es triangular y se une con un cuchillo.
Los collares, aretes, manillas y otras, que son elaboradas con semillas, reciben un tinturado con el sumo de plantas, como el achiote (rojo) y el romero (verde).
El ayampaco es el alimento típico de la comunidad. Es asado y se sirve con chicha de yuca o plátano. También se prepara con carne de animales de corral.