La presidenta de la Comisión de los Trabajadores, Betty Carrillo, durante presentación de informes de sociabilización del Proyecto del Código Laboral. Esta Mesa de la Asamblea arranca hoy, 22 de septiembre, con el debate de la norma. Foto: María Isabel Valarezo / El Comercio
El dilema persiste en la Asamblea Nacional. Tanto el Gobierno como los dirigentes sindicales hablan de la necesidad de dialogar sobre las políticas laborales en el nuevo proyecto de Código del Trabajo. El primer grupo apunta al Legislativo como el canal adecuado; el segundo prefiere tratarlo directamente con el Ejecutivo. De todas formas, hoy, 22 de septiembre, la Comisión de los Trabajadores tendrá su segunda mesa de trabajo para discutir el proyecto.
Mario Morales, secretario general de la Federación de Trabajadores Libres de Pichincha (Fetralpi), explicó que los gremios no confían en la Asamblea, porque los antecedentes no se los permiten. Entre los casos más recientes mencionó el de los médicos y el Código Penal y de los indígenas y la Ley de Aguas. “Tenemos desconfianza de que los acuerdos a los que lleguemos tampoco se vayan a respetar en la Asamblea”.
Los gremios de trabajadores de la salud se reunieron con el Ejecutivo en varias ocasiones para debatir el artículo sobre la mala práctica profesional. Pero solo consiguieron una aclaración de la Corte Nacional de Justicia, que no los dejó satisfechos. Y, con la consulta prelegislativa sobre de la Ley de Aguas, el movimiento indígena insiste en que no se tomaron en cuenta sus argumentos y también rechaza la norma.
El legislador oficialista Ángel Rivero, vicepresidente de la Comisión de los Trabajadores, criticó la posición de los sindicalistas, la marcha del miércoles y su inseguridad. Dijo que el organismo tiene un cronograma de trabajo, con tres sesiones semanales, para discutir el proyecto con base en varios insumos, entre ellos los del Ministerio de Relaciones Laborales (MRL) y del Frente Unitario de Trabajadores (FUT).
Para las autoridades del Gobierno, desde el presidente Rafael Correa hasta los ministros y asambleístas, los sindicalistas deben debatir con propuestas y argumentos, no con manifestaciones en las calles.
Mesías Tatamuez, de la Confederación de Organizaciones Clasistas Unitarias de Trabajadores (Cedocut), coincidió en el tema de la desconfianza. Y mostró fotos de sus reuniones con la Asamblea en el período pasado y los documentos que entregaron. Ellos presentaron la primera propuesta de Código del Trabajo hace dos años.
Pero aún no se ha debatido.
Otro argumento del Gobierno es que el Código todavía es un borrador y que las puertas del diálogo están abiertas. Así lo dijo el ministro de Relaciones Laborales, Carlos Marx Carrasco, que calificó la normativa de revolucionaria y descartó que se ponga en riesgo la estabilidad de los trabajadores ni de las empresas.
Por esa misma razón, el asambleísta Rivero no sabe por qué protestan los sindicalistas. Pero para Morales, dirigente de la Fetralpi, ese es motivo suficiente, quieren conocer el borrador y los más de 200 cambios que anuncia Carrasco, respecto al antiguo documento presentado por el entonces ministro Francisco Vacas.
El Ejecutivo califica de revolucionario su proyecto de Código. Sin embargo, no ha dado argumentos sólidos a su favor. Durante la marcha obrera del miércoles pasado, una serie de imágenes promocionaban los avances de la política laboral de la Revolución Ciudadana: la eliminación de la tercerización, la obligatoriedad de la afiliación al seguro social, la educación y salud gratuitas, la inclusión de personas con discapacidad, los centros infantiles del buen vivir, entre otros. Pero nada específico se dice sobre el contenido del borrador.
Ademas, el mismo día de las movilizaciones, los funcionarios del Gobierno y los militantes del oficialismo inundaron las redes sociales con la etiqueta #RevoluciónDelTrabajo. Es algo de lo que no se han dado cuenta o no quieren darse cuenta los trabajadores, según el oficialismo. Por eso, para el ministro Carrasco, las protestas de las centrales sindicales se basan en ‘falsedades’ porque muchos de sus reclamos, asegura, están resueltos en el proyecto. Pero mantuvo su invitación al diálogo.
En el escenario del conflicto laboral, también hay un sector de trabajadores agrupado en el Parlamento Laboral Ecuatoriano, que está de acuerdo con los argumentos del Régimen y recibirá hoy una copia del documento. Ellos están dispuestos a participar del proceso en el Legislativo y esperar las observaciones del Ejecutivo.
En este debate todos los actores afirman estar dispuestos a dialogar. Pero solo con el documento final conocerán si los pedidos de los distintos sectores fueron o no acogidos. La última palabra la tiene el oficialismo y su mayoría.
Un informe de LÍDERES
El pasado 1 de mayo, el ministro de Relaciones Laborales, Carlos Marx Carrasco, presentó un borrador del proyecto de Ley. Con este texto, se inició un proceso de difusión en el que participaron varios actores, incluidos delegados de gremios empresariales. No obstante, el Ejecutivo realizó modificaciones al proyecto; entre ellos, la extensión del período de cuidado del niño y la posibilidad de que los trabajadores pueden acogerse al mismo, la incorporación en sus cargos de empleados despedidos intempestivamente por razones discriminatorias y la fijación de sueldos máximos para gerentes, según un reporte que publica hoy el Semanario LÍDERES.
Los temas han despertado la duda en el sector privado. “Para el sector productivo hay temas delicados como la jubilación patronal, sindicalización por rama de actividad económica, brechas de remuneración y la huelga, que deben ser analizados a profundidad”, manifestó Richard Martínez, presidente de la Cámara de Industrias y Producción (CIP) .
Desde las empresas de recursos humanos los cambios aplicados en el borrador de proyecto de Código de Trabajo reformulado también generan dudas. Eddy Troya, gerente de Human Plus, señaló al Semanario que una de las preocupaciones está relacionada con la propuesta de no exigir certificados de experiencia a quienes buscan su primer empleo.La diferencia de salarios entre los altos ejecutivos, directores, mandos medios, personal técnico y obreros también es parte de los temas que aborda el borrador del proyecto de ley que prepara el Gobierno.
Información reciente de Deloitte indica que existe una marcada diferencia según el nivel jerárquico. En el área de ventas, por ejemplo, un empleado operativo recibe USD 519 al mes, un trabajador de nivel medio percibe 1 511 y un gerente de nivel medio gana 5 757.
Algo similar ocurre en áreas como Producción, Mercadeo, Finanzas, Logística… según el estudio Evolución del Mercado Salarial y Laboral Ecuatoriano elaborado por Deloitte y que recoge LÍDERES.
Para Martínez, la propuesta de las autoridades es inédita en la región. El dirigente agrega que una posible fijación de salarios puede afectar la libre contratación de ejecutivos y de profesionales y empleados en general. “Esto se contradice con la Constitución que garantiza la libertad de contratación. Además, se alteraría la lógica del mercado que fija salarios por la oferta y la demanda de profesionales”. Martínez sostiene que el proyecto no va a tono con el programa del cambio de matriz productiva que busca mejorar la producción nacional. “Se supone que queremos más valor agregado, tecnificación y eso significa que los gerentes tengan cualidades y formación superior, pero se van a topar con techos”.
Otro de los planteamientos del proyecto de Código de Trabajo es que el padre de familia goce de un período de dos horas al día, para cuidar a sus hijos recién nacidos durante seis meses. En España se aplica un beneficio similar de una hora al día y durante tres meses.
Según Galo Cárdenas, director de Coloaustro Abogados, la disposición es exagerada y no se compadece con la realidad ecuatoriana, porque en España el promedio de hijos por pareja es menor que en Ecuador.