Susana Aguavil (centro) es concejala de Santo Domingo de los Tsáchilas y la primera en representar a su etnia en un cargo de elección popular. Fotos: Juan Carlos Pérez/EL COMERCIO
Los integrantes de la nacionalidad Tsáchila cada vez son más visibles en cargos públicos de entidades de Santo Domingo de los Tsáchilas.
A ellos se los encuentra en la Gobernación, el ECU 911, direcciones distritales de Salud y Educación y la Federación Deportiva. También, tienen representantes en cargos de elección popular como el que ostenta la concejala Susana Aguavil. Visten su indumentaria autóctona y se comunican en su lengua materna (tsáfiki)cuando se trata de atender los requerimientos de sus coterráneos.
En total, 20 nativos son reconocidos por la ley como servidores públicos. Para la Defensoría del Pueblo, estas inclusiones en las ocupaciones por etnias responden al objetivo de compensar a las poblaciones, que históricamente fueron excluidas de procesos trascendentales en el país.
Sin embargo, consideran que falta más inclusión y eso reflejan las cifras. Según un resumen ejecutivo de esta entidad, el 4,71% de indígenas tiene un empleo en el sector privado y el 3,59% tiene un cargo en el Estado. En este último grupo, donde están los 20 tsáchilas, el informe dice que el 2,62% ocupa puestos como personal de apoyo administrativo.
Ligia Aguavil es parte de esa lista. Ella es secretaria de la Alcaldía de Santo Domingo desde el 2011. Es bachiller en administración y en la actualidad continúa esta carrera en la universidad. Aguavil indica que su llegada a ese puesto fue por méritos propios, pues empezó como auxiliar y de a poco aprendió otros procesos que le permitieron ascender.
José Zaracay está desde el 2011 al frente de las relaciones públicas de la Federación Deportiva. Su experiencia en el campo de la producción de televisión y radio, que adquirió en Zaracay TV y radio Planeta, lo llevaron a este cargo.
En ese departamento es un ‘todólogo’, debido a que filma y hace fotografías de los eventos, redacta los boletines de prensa, diseña los afiches de las actividades y dirige las ruedas de prensa. El último lunes, en la inauguración de los juegos deportivos juveniles, Zaracay se las ingeniaba para captar las mejores tomas al mismo tiempo, tanto con una cámara fotográfica como una filmadora a la que le adaptó un pedestal.
Bromea cuando dice que no le hacen falta más manos para cumplir sus tareas. De acuerdo con el análisis de la Defensoría del Pueblo, los tsáchilas están en la escala del 1 al 6 dentro del grupo ocupacional que fija las remuneraciones conforme a una tabla del Ministerio de Relaciones Laborales. En estos rangos están quienes reciben sueldos que van de los USD 527 a los 733.
La gobernadora Doris Merino señala que la participación de los tsáchilas en la función pública es necesaria para establecer un nexo con los demás miembros de sus comunas.
Es fundamental para la prestación de servicios, donde muchas veces es necesario establecer una comunicación en el idioma nativo de esta nacionalidad.
En el ejercicio de sus funciones, las mujeres tsáchilas tratan de apegarse al uso de su vestimenta ancestral. Las faldas (tunán en el idioma tsáfiki) con rayas de colores rojo, rosado, verde y amarillo son combinadas con blusas, prendas y accesorios de otras culturas.
Miriam Calazacón, funcionaria de la Gobernación, asegura que no se puede andar con el torso al descubierto tal y como lo hacían sus ancestros.
Los hombres portan camisas casuales y algunos de ellos se untan el achiote en su cabeza para guardar fidelidad al mandato ancestral que los protege de enfermedades. Las rayas negras sobre su piel es muy escasa en los funcionarios tsáchilas.