En la Casa del Árbol, en Baños de Agua Santa, los turistas extranjeros pueden utilizar los columpios, mirar el volcán Tungurahua y acampar. El ingreso cuesta USD 1. Foto: Glenda Giacometti/EL COMERCIO
La llegada de turistas argentinos y chilenos abrió la temporada turística de extranjeros en Ecuador. Su destino es la ruta Baños de Agua Santa-Montañita. Ellos llegan masivamente de febrero a marzo.
La práctica de deportes de aventura como rafting, cannopy, canyoning y puenting es el principal atractivo del cantón tungurahuense para los jóvenes sudamericanos, que tienen entre 20 y 26 años.
Según la Dirección de Turismo del Municipio de Baños, alrededor de 1 000 000 de personas llegan anualmente. El 70% de los viajeros es de Ecuador y el resto es extranjero.
La mayoría, explica Rita Garzón, directora de Turismo del Cabildo, son jóvenes, ya sean extranjeros o nacionales, conocidos como los ‘mochileros’, aunque también hay un turismo medio entre los que se encuentran los paseantes que pueden pagar hoteles y resorts.
Simona Lanshud se quedó encantada con el canyoning y el puenting. La chilena, que llegó hace una semana a Baños, cuenta que era la primera vez que practicaba estos deportes.
“Con mi amiga María Ignacia Navajas compramos los pasajes de avión en septiembre del año pasado, por lo que nos resultó más económico, pero llegamos hasta Tumbes (Perú) y de ahí nos vinimos por tierra”.
Las turistas sureñas tienen planificado viajar mañana a Montañita (Santa Elena). Según Navajas, esas playas son famosísimas en Chile. “El recorrido completo en Ecuador debe incluir ese balneario y Baños, que son los destinos de los que la gente habla en nuestro país, por lo que todos venimos y pasamos montaña y playa; es muy divertido”.
Con esa publicidad, los jóvenes extranjeros hacen la ruta de sus vacaciones. Por ejemplo, Franco Albán -también oriundo de Chile- juntó a cinco amigos para ir Montañita, a comprobar sus virtudes.
Después de casi 20 días, sus expectativas quedaron cortas. “Es el lugar ideal para ‘carretear’ con los amigos. Todo es super barato y las fiestas en la calle son otra cosa, no se comparan con ninguna en mi país. Conoces mujeres de distintos países”, cuenta el estudiante de Educación Física.
Lanshud y Navajas se encontraron en el viaje con sus coterráneos Jorge Garbizo y Sebastián Plaza, que llegaron a Baños para hacer el mismo recorrido. Ellos ingresan a clases el 23 de marzo, por lo que piensan quedarse en Ecuador dos semanas más. Al grupo se unió el colombiano Eduardo Ramírez.
Baños tiene un clima templado y húmedo, lo que es también ideal para la práctica del senderismo, la cabalgata, el avistamiento de aves y el cicloturismo. Además, en las ocho cascadas que se pueden visitar existe el servicio de tarabita. Este mercado es manejado por 60 operadoras locales.
Luis Jerez, de la comunidad de Chin Chin, cuenta que ellos prestan el servicio de tarabita. “El precio por pasar al otro lado de la montaña es de USD 1. Con ese dinero hacemos adecuaciones en el sector y mantenemos las instalaciones”.
Para el dirigente, la llegada de los turistas extranjeros es de mucha ayuda. Incluso, cuenta Jerez, les prestan un espacio comunal para que armen sus carpas y duerman ahí. “Los jóvenes son más aventureros y tienen menos dinero”.
Otro de los lugares favoritos para los visitantes es la Casa del Árbol. Ahí, su dueño Carlos Sánchez implementó un espacio para acampar, que cuesta USD 2 por noche. “Los chilenos vienen y les encanta el paisaje. Quieren ver al volcán, pero ahora está nublado”.
El promedio de estadía de los turistas en Baños, asentada en las faldas del volcán Tungurahua, es de dos a cinco días y consumen de USD 80 a 1 000.
La próxima temporada turística será de junio a septiembre.
Según Santiago Acosta, de Sangay Touring, los europeos y estadounidenses llegarán en esa época a Quito y luego se van en tours a Galápagos, el Camino del Inca, el Yasuní o el Cuyabeno. Julio, agosto y noviembre son los de mayor afluencia de turistas extranjeros al Austro, es especial Cuenca.