Opinión (O)
Coincidencia o no, los casos de presunta corrupción o de irregularidades hacen trizas las imágenes de los gobernantes de izquierda (o que se dicen de esta tendencia) de la región. Aunque por el grueso de las denuncias que afronta, no se equipara con sus colegas de corriente política, Michelle Bachelet, presidenta de Chile y (ella sí) con credenciales de socialista, acaba de colgar su estampa en esa penosa galería.
¿Qué ha llevado a la sucesora del derechista Sebastián Piñera a tan incómodo escenario? Dos escándalos, una tras otro, que en el país del poeta Pablo Neruda (él sí, igualmente, un hombre de izquierda) ya han sido bautizados como ‘nueragate’ y ‘consuegragate’.
Ambos han terminado por carcomer la popularidad de la Mandataria, quien asumió el mando el 11 de marzo del 2014 y cuya aprobación bordea el 30%. El rechazo a su gestión, en forma paralela, es del 60%. Así lo revela una encuesta de la consultora Plaza Pública Cadem, que fue difundida el lunes 23 de marzo. Cuando ganó las elecciones presidenciales de diciembre de 2013, Bachelet había logrado el 62,16% de los votos.
El primer ‘affaire’ tiene que ver con los procedimientos non sanctos que empleó Natalia Compagnon, la nuera de la Jefa de Estado, para multiplicar sus beneficios en negocios inmobiliarios. La trama descubre el “uso de información privilegiada” y un “tráfico de influencias”, según ha tipificado la Justicia chilena.
La esposa de Sebastián Dávalos, el hijo mayor de Bachelet, es propietaria del 50 % de las acciones de la empresa Caval. Con un préstamo de USD 10 millones que el vástago de la Presidenta gestionó personalmente con Andrónico Luksic, el propietario del Banco de Chile, y que este le concedió de inmediato, Caval adquirió unos terrenos. Estos fueron revendidos posteriormente y así la inmobiliaria obtuvo una ganancia de más de USD 4 millones.
El asunto no queda ahí: la revista chilena Qué Pasa acaba de revelar que Caval selló otro contrato con el nuevo dueño de los terrenos. Si estos se venden por segunda ocasión, la protagonista del ‘nueragate’ recibirá al menos otros USD 2 millones más. El episodio, como se ve, descubre un esquema anómalo que permitió ganar a Caval y sus dueños más de USD 7 millones en pocos meses. Eso fue posible gracias “al tráfico de influencias”.
El ‘consuegragate’, en cambio, exhibe menos ceros. Pero es igualmente irregular y ha dado lugar a una serie de opiniones, en especial en las redes sociales.
La intérprete principal es Margarita Soto. Un nombre que a muchos quizá no dice nada. Pero que adquiere trascendencia si se aclara que es la consuegra de Michelle Bachelet.
¿Qué pasó con Soto? La mujer labora en la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji). Por efecto de un decreto presidencial, su sueldo subió de 694 000 (alrededor de USD 1 110) a 2, 24 millones de pesos chilenos (aproximadamente USD 3 527).
La orden del Ejecutivo permitió el ascenso inmediato de la consuegra de la Mandataria de la categoría de Personal administrativo a la de Profesional por decreto de experticia, cuando claramente no califica para ese rango, puesto que cuenta “con calificación profesional de educación media completa”, según parte de la prensa chilena. Pero el ministro chileno de Educación, Nicolás Eyzaguirre, ha tratado de poner paños tibios al asunto, al afirmar que “lo que allí existe es una situación completamente regular (…)”.
El ‘nueragate’ y el ‘consuegragate’ han estallado en el trasfondo de otra ‘barahúnda’, que es igualmente controversial y que exhibe números con muchos ceros, pero a la derecha. Se trata del caso Penta, un proceso por supuestos delitos tributarios y pagos de soborno en el cual están señalados empresarios y políticos de la tendencia opuesta a la de Bachelet.
Por el escándalo, la Justicia chilena ya ordenó la detención de Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín, los fundadores del grupo Penta, un ‘holding’ chileno que maneja activos por unos USD 20 000 millones. También se dictó la prisión preventiva de Pablo Wagner, exsubsecretario de Minería en el gobierno de Piñera (2010-2014); e Iván Álvarez, un exfiscalizador del Servicio de Impuestos Internos (SII). La acusación inicial menciona que el fraude alcanzó los USD 260 millones. Aunque las cifras con seguridad se modificarán.
Las revelaciones sobre Penta, el ‘nueragate’ y el ‘consuegragate’ dejan una serie de lecciones. Una de ellas, quizá la más importante, es la ratificación de la independencia de los poderes e instituciones en Chile, que ha permitido que personajes allegados a los poderes político y económico sean investigados por la Justicia e incluso ya estén presos. Otra, también relevante, se relaciona con la frontalidad y entereza con las cuales la prensa chilena aborda estos ‘trapos sucios’ del poder, sin que este despotrique contra los medios.
No obstante, el daño a la imagen del Gobierno y de la clase política de Chile en general ya está hecho. Así lo señala una encuesta realizada por la consultora Imaginacción y Radio Cooperativa. De los resultados del sondeo sale una conclusión demoledora: el 62% de los chilenos cree que su país se encamina hacia una crisis institucional y apenas un 30% considera que los últimos escándalos de corrupción son hechos aislados. “La gente dice ‘No tenemos en quién confiar’. La crisis de confianza es gigantesca”, ha sintetizado Carlos Vergara, el director de Estudios de Imaginaccion.
Video: Youtube / Canal: Noticiarios Chile