Modo Avión

Modo Avión

Para no aburrirse ni un minuto

El entretenimiento a bordo marca la diferencia entre un vuelo entretenido y uno aburrido. Películas, música, cámaras externas, son parte de la lista a la que ahora llegan innovaciones que incluyen redes sociales y el geoentretenimiento.

Como pasajero disfruto ‘moneando’ las pantallas táctiles y los controles remotos. Revisar el listado de películas es una especie de rito que puede tomar varios minutos.

No siempre es fácil escoger una película cuando las opciones incluyen clásicos del cine o éxitos taquilleros. En esos casos aplico una frase que aprendí en la universidad. “El cine es una distracción y no importa el guión, la trama o los actores. Lo importante es que la película sea entretenida”. Y en un vuelo de más de dos horas hay que distraerse de alguna manera.

Entre las películas que más recuerdo a bordo de un avión están El Artista, Mi Villano favorito y Gigante. La primera me enganchó desde el principio en un vuelo mañanero a Lima.

En cuanto a Mi Villano Favorito no le encontré mayor gracia en principio. Pero ahora, cuando la veo con mis hijos la disfruto cada vez más. Y sobre la uruguaya Gigante puedo decir que me mantuvo bastante concentrado durante las más de dos horas que dura.

En el avión también recorro los distintos géneros musicales que ofrecen determinadas aerolíneas; en ocasiones me quedo con clásicos del rock, pero también disfruto de jazz o música clásica.
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La elección depende del estado de ánimo y de la hora del vuelo. En un viaje de día prefiero los ritmos movidos, pero en la noche me voy más por la música instrumental. Eso cuando no se puede dormir.

Pero ojo que el cine y la música son solo parte de las opciones de entretenimiento. También están los videojuegos, de los que no soy un fan, pero me divierten. Además están las cámaras que muestran –en la pantalla individual- el exterior del avión. Eso sí distrae y permite disfrutar una mirada diferente de un vuelo en avión. He utilizado un par de veces estas cámaras y la sensación fue espectacular.

Mirar el cielo, las montañas, los océanos a 10 000 pies de altura será siempre una novedad. Y mirar cómo la pista de aterrizaje se aproxima es increíble.

A los entretenimientos mencionados se suman los que cada pasajero proponga. Estos pueden ser un libro, su propio reproductor musical, así como una tablet (en un viaje a Miami un padre se sentó a mi lado y les dio un iPad a sus dos hijos. Eran unos pequeños bastante inquietos y la distracción en el dispositivo no duró más de 15 minutos).

Todo esto es posible porque las aerolíneas cada vez con mayor frecuencia mejoran y actualizan sus sistemas de entretenimiento. Es el valor agregado que ofrecen al pasajero.

En vuelos internos en Ecuador, el entretenimiento no pasa de un periódico o de programas del tipo cámara escondida. No olvidemos que los vuelos no duran más de 45 minutos, con excepción de la ruta a Galápagos que toma cerca de dos horas.
Otra opción es la fotografía. Sea con cámaras digitales o con teléfonos celulares, es común ver a otros pasajeros pasar buena parte del vuelo mirando y fotografiando desde la ventana.

La innovación también es parte del entretenimiento a bordo. Aerolíneas como Air France y KLM enganchan al pasajero con el geoentretenimiento, un sistema que presenta a los pasajeros información lúdica sobre la geografía e historia de los lugares que sobrevuela el avión.

En Virgin America, el sistema de entretenimiento permite chatear con otros pasajeros del vuelo, hacer donaciones a organizaciones benéficas y solicitar wifi, bebida y comida a la carta. Y South African Airways está por lanzar un servicio llamado "Better seat choice", que permite a los pasajeros elegir a su compañero de viaje basándose en intereses cotejados vía Facebook. Algo parecido ya lo hace KLM.

¿Con cuál de todas estas opciones se quedan?