Racing Club de Avellaneda vivió una profunda crisis en 1998, que llevó a este popular club de la Argentina a ser declarado en quiebra. El equipo le debía a todo el mundo. Nadie le quería prestar dinero. Su deuda total era de aproximadamete USD 30 millones, una escandalosa cifra para la época.
La situación era tan complicada que la justicia ordenó la liquidación de todos sus bienes (sedes, estadio y jugadores), pero el día que las autoridades fueron a llevar a cabo el remate, los hinchas llenaron el Cilindro de Avellaneda (estadio de Racing) y no permitieron que el escenario sea vendido.
La Academia atravesó una transición de diez años. En la mitad hubo un intento de remate, una intervención fallida, una pésima administración de Blanquiceleste (sociedad anónima que se hizo cargo del equipo de fútbol y del estadio), temporadas futbolísticas muy malas y ¡hasta un título después de 35 años!
Pero en diciembre del 2008, después de diez años y medio, fue levantada la quiebra y Racing pudo volver a empezar. El panorama seguía siendo complicado, ya que el club prácticamente tuvo que comenzar desde cero.
La dirigencia de ese entonces emprendió varias iniciativas para reacomodar a toda la institución. La más efectiva fue la campaña de socios, que batió el récord de sumar 31 mil nuevos abonados en un año y medio, lo que significaba dinero permanente para ayudar al club.
La AKD lanzó al mercado una campaña agresiva de socios (en la que el club no puso ni un centavo, sino que todo era auspiciado por los sponsors), bajo el concepto: “Hay algo más lindo que ser hincha de Racing, ser socio”. Fue un éxito absoluto.
Estos comerciales se empezaron a viralizar dentro y fuera de la Argentina. De hecho, hasta ganó varios premios publicitarios por su impacto y efectividad.
Las membresías que registró Racing empezaron a generar mucho más dinero de lo que todos esperaban y por eso la campaña se amplió. En una segunda etapa se utilizaron a personajes famosos argentinos para motivar a más hinchas a registrarse. El resultado: Racing Club se convirtió en uno de los cinco clubes con más socios en ese país, con una cifra que supera los 55 mil abonados.
¿Qué significa todo esto? Que Racing recibe mensualmente una cifra muy importante de dinero que le sirve para gestionar al club. Es decir, tener liquidez, algo que todos los equipos del mundo necesitan.
En Ecuador, las cifras de socios de los clubes son un secreto. Hay la versión (no demostrada con datos ciertos) de que El Nacional es el que mayor número de socios tiene. Cuenta con aproximadamente 14 mil abonados, que aportan un promedio de USD 7 mensuales. Eso significa que los puros criollos reciben algo más de un millón anualmente, una cantidad nada despreciable.
En algún momento (2010), el Deportivo Quito lanzó la campaña “Cada día más grande”, a través de la cual renovó su imagen y pretendía captar socios. De hecho, contrató la asesoría del argentino Pablo Rohde, quien fue el ideador de la estrategia de Racing. Pero por los altos costos, todo se quedó en el camino.
Los clubes ecuatorianos no le han puesto la atención necesaria a los socios y no brindan a sus seguidores experiencias mayores. No basta con registrar personas que aporten USD 5 mensuales, sino que hay que tratarlos bien para que no se vayan. Hay que saber trabajar las marcas (clubes) y aprovechar el amor por un equipo para sacar réditos.
Un ejemplo sirve bien para ilustrar los posibles beneficios: si Barcelona lograra registrar 20 mil nuevos socios (algo que no parece imposible para un equipo tan popular) y esos hinchas dejaran de promedio solamente USD 10 al mes, significaría que el Ídolo del Astillero recibiría USD 2,4 millones cada año.
Los equipos nacionales precisan cambiar sus modelos de gestión. Eso de que llegue alguien a poner dinero para salvar las crisis es del siglo pasado. Nadie está dispuesto a entregar recursos económicos a cambio de nada. Los socios son una buena opción, ya que se vuelven en un ingreso permanente y sostenible a lo largo del tiempo. Solo hay que saber administrar la masa societaria de manera inteligente. ¿Será posible?