Así denominó la mitología romana –Zeus en la griega-, a quien adoptaba una actitud iracunda, altanera o amenazante en la vida, especialmente política.
Cuando centenas de trabajadores del fútbol ecuatoriano que encontraron en este deporte su forma de vida y subsistencia, se atrevieron a reclamar lo que por ley se les debe, un Júpiter casero los minimizó y dijo que están exagerando y no los recibió.
Cuando un directivo le exigió que presente las cuentas claras de la participación de la Selección ecuatoriana en el Brasil, recibió como réplica: Si quiere ser Presidente de la FEF que me gane, la próxima semana recibirá mi respuesta. Nadie puede chistar y en el momento que, hace meses, alguien lo criticó, no vaciló en murmurar ‘felizmente ya tenemos una Ley de Comunicación’ (¿).
Ahora los futbolistas se cansaron y preferentemente solos -porque sus dirigentes no acaban de pagar el paseo-, se paralizan protestando por falta de salarios, intervención en los canales de TV particulares que trasmitían los partidos, merma de taquillas,etc.