Soy un empresario hotelero y morador del hermoso balneario de Súa, en la provincia de Esmeraldas, desde hace 25 años. Año tras año en la época invernal somos afectados por la inclemencia del temporal. En esta época del año, durante febrero, marzo y abril, se repite lo mismo: el caudal del río que desemboca en la playa de la bahía de Súa, se descontrola y arremete con todo en su paso, trayendo como consecuencia un estremecedor paisaje propio de un holocausto.
El río trae consigo animales, árboles, escombros de todo tipo y mucho más, tornando el hermoso paisaje en un singular desastre y transformándose en un problema sanitario. Siempre se ha solicitado ayuda a las autoridades locales, pero la negativa siempre es la misma. Por esto, hago un urgente llamado a la Secretaria Nacional de Gestión de Riesgos para que hagan el estudio necesario y se comprometan a realizar trabajos para que esta situación se controle.
La única manera de controlar este problema natural es con la construcción de un encauce del río Súa hasta que desemboque a mar abierto.