En la actualidad, y dependiendo del auto, se pueden realizar exámenes electrónicos avanzados. Foto: Galo Paguay/Carburando
La compra de un vehículo usado siempre requiere de una revisión minuciosa de sus componentes generales y algunos específicos.
Al haber estado expuestos al uso constante, durante cierto kilometraje, y posiblemente a la forma de conducción de diferentes dueños, un auto usado puede tener ciertos problemas que no salten a la vista para una persona común. Sin embargo, para el ojo especializado de un mecánico habrá detalles básicos que no se le escapen.
Es por eso que es recomendable asistir a un taller certificado o ir con un mecánico de confianza para que el vehículo supere ciertas pruebas indispensables. De este detalle puede depender que el negocio sea exitoso para ambas partes, sobre todo para el comprador.
Una vez allí, los especialistas examinarán la carrocería y el chasís del auto para evitar que su cliente adquiera un vehículo que pudo haber sufrido un accidente fuerte o un golpe que afecte al desempeño del mismo en marcha.
Otro de los aspectos que se debe tomar en cuenta es el estado del motor y de sus partes más importantes como las bujías, el cárter o el arranque, entre muchas más. De esta forma se asegura su funcionamiento ideal, inclusive en las condiciones climatológicas más adversas. Pero la prueba más compleja a la que debe someterse el propulsor es a la medición de la compresión, que varía dependiendo del motor que tenga. Gracias a esto, el usuario podrá conocer el uso que se la ha dado al mismo y saber cuánto tiempo de vida útil le queda antes de una reparación integral.
El mecánico también deberá revisar la suspensión del vehículo para asegurar que no se comprometan otras piezas que podrían verse afectadas por el mal funcionamiento de los amortiguadores o los resortes. Además, este aspecto optimiza el confort interior para los pasajeros durante los traslados.
De la mismo forma, resulta imprescindible inspeccionar que la caja de cambios esté en perfectas condiciones. Esto se puede realizar de forma manual con una simple conducción por los alrededores. También es vital que se analice la dirección para que no se ponga en riesgo la conducción. El principal aspecto a considerar es que el volante no tenga ningún juego que cambie la orientación del auto.