Rocafuerte, bicampeón femenino, es el único que tiene respaldo de empresas privadas. Foto: EL COMERCIO
La cementera Holcim entrega USD 30 000 anuales para el trabajo del equipo femenino Rocafuerte. Este aporte ha servido para la preparación de las jugadoras, que se coronaron bicampeonas en las dos ediciones del campeonato nacional.
Esta es una de las pocas empresas privadas que invierte en este torneo, que este año tuvo que atrasar su arranque por la falta de dinero. En la planificación se había establecido que el torneo debía iniciar el 28 de febrero; ahora se maneja el 4 de abril como fecha de inicio.
La inversión privada y las instalaciones del club guayaquileño han ayudado para que ejerza superioridad en el torneo, según indicó Mónica Paredes, directiva de Quito Fútbol Club.
El equipo capitalino no tendrá auspiciantes, al menos para el inicio del torneo. En los años anteriores tuvieron el apoyo de la empresa de seguridad Armiled y de la Cooperativa de Ahorro y Crédito Cooprogreso.
Mercedes Añanice, de la Universidad San Francisco, aseguró que ellas no cuentan con el apoyo de la empresa privada, al igual que ocurrió el año pasado. El club maneja un presupuesto de USD 7 000 para el torneo.
Sus fondos proceden la universidad y para gestionar auspicios de empresas privadas, necesitan la aprobación del ente educativo. “Hemos estado en conversaciones con algunas empresas, pero aún no hemos concretado”, explicó Añanice.
El 7 de Febrero, de Los Ríos, lució el auspicio de Pinturas Unidas el año pasado, pero para esta temporada el vínculo no seguirá. Así lo dio a conocer Antonio Pozo, directivo.
Pozo también es presidente de la Comisión de Fútbol Femenino y vicepresidente de la Comisión de Fútbol Amateur (Confa), entes de la Ecuafútbol. Él es uno de los más preocupados por la falta de recursos.
Él ha realizado gestiones con empresas (prefirió mantener los nombres en reserva) para que estas brinden apoyo económico al torneo, pero hasta el momento ha sentido falta de interés para el fútbol femenino.
Eso decepciona al directivo, que esperaba que con la clasificación de la Tri al Mundial de Canadá -junio de este año- las entidades públicas y privadas empiecen a apuntar al balompié femenino, como un nicho creciente de mercado.
“La idea es vender el nombre del campeonato a una firma local o internacional, pero no hemos tenido una buena aceptación”, recalcó Pozo, quien pretende que al igual que el torneo masculino (Copa Pilsener), el femenino tenga un nombre comercial.
Para este año, el Ministerio del Deporte bajó el presupuesto para el desarrollo del torneo. En el 2014, la Cartera de Estado dio USD 423 000, pero en esta ocasión dará USD 315 000.
Ese recorte obligó a que el torneo cambie de formato. A diferencia de los dos años anteriores -donde se jugó con 12 equipos, todos contra todos- para esta edición, los clubes se dividieron en tres grupos de cuatro integrantes. Eso disminuye la cantidad de viajes.
Pozo aclaró que el torneo es 100% amateur, por lo que la FEF no tiene competencia de financiamiento. En cuanto a fútbol femenino, el ente solo se encarga de las selecciones juveniles y del combinado mayor. A ellas les destinó un presupuesto de USD 500 000 el año pasado.
En la Serie B, la situación es más apremiante. El Ministerio no aporta con recursos económicos en esta categoría; su apoyo se limita a prestar sus Centros de Alto Rendimiento, para el desarrollo de los cotejos. Este torneo iniciará en junio.
La Confa presentará un proyecto ante la FIFA para divisiones formativas. Pedirá USD 1,5 millones.