El ciclista nacido en Tulcán, David Villarreal se entrena en el velódromo de Quito. Foto: Archivo
David Villarreal jugaba al fútbol en Tulcán, su ciudad natal y una de las localidades con mayor afición al ciclismo que hay en el Ecuador. Incluso fue seleccionado de la escuela Cristóbal Colón y se destacaba como mediocampista de contención.
En aquellos años de infancia, aquel hincha del Barcelona soñaba con deleitar a las tribunas en una cancha de fútbol.
Esas aspiraciones quedaron relegadas cuando en Quito, ciudad en la que vive desde hace 7 años, cambió los zapatos de pupos y las canilleras por las bicicletas y los cascos.
Ya en la capital tuvo interés por el bicicrós, pero no se animó a acudir a la pista de saltos porque le daban temor las caídas y romperse algún hueso.
El ciclismo le fue interesando poco a poco y le pidió a su padre que le comprara una bicicleta de ruta, como aquellas en las que pedaleaban sus coterráneos por las carreteras del Carchi.
Tuvo que esperar más de un año desde aquel pedido, pero la primera vez que recorrió Quito en su flamante bicicleta de carreras se sintió dichoso.
Los autos le daban miedo, pero estaba feliz y supo que había encontrado su deporte.
15 días después de su primera experiencia sobre la bicicleta de ruta llegó con timidez al velódromo capitalino. Eso ocurrió hace 5 temporadas.
Ahora, con 18 años, Villarreal es uno de los ciclistas con mayores proyecciones en el país.
Tanto es así que logró el sexto lugar en el Mundial Juvenil de Pista, realizado en Seúl, Corea, a inicios de mes.
Esa sexta posición es la mejor ubicación de un pedalista ecuatoriano, en juveniles y en adultos, en un mundial. Así lo dijo el entrenador Jorge Hernández, seleccionador del equipo de Pichincha.
En Corea, el exfutbolista de las categorías infantiles también fue octavo en la prueba del Scratch.
De hecho, la delegación de tres ciclistas consiguió una memorable actuación. Marco Bravo, de Guayas, logró un séptimo lugar y Ana Suárez, también representante de Pichincha, llegó a ubicarse en el puesto 12, entre las damas.
La cita coreana, “al otro lado del mundo”, ha dejado motivado al ciclista que apenas pasa de los 1,65 metros de estatura.
Gracias a este deporte ha competido y entrenado en Colombia, Perú y México.
Sus entrenadores confirman que es un ciclista completo, con velocidad para la pista y resistencia para la ruta.
Por eso están convencidos que él tiene las condiciones para llegar, en el futuro, a pruebas mundiales y olímpicas en la categoría absoluta.
El ciclista se sueña también en alguna de las ‘Tres Grandes’, como se conoce a las competencias de ciclismo más importantes del mundo. Estas son La Vuelta a España, el Giro de Italia y el Tour de Francia.
El pedalista que jugaba al fútbol forma parte del equipo de persecución que tiene posibilidades de conseguir un cupo a los Juegos Panamericanos del próximo año. Están también Pedro Salazar, David Villavicencio y Carlos Quishpe.