La Federación Peruana de Fútbol (FPF) aplazó por un mes su elección presidencial en medio de idas y vueltas sobre la habilitación de Manuel Burga para presentarse a un nuevo mandato en los comicios que debían celebrarse hoy 30 de octubre.
Burga, actual jefe del fútbol peruano, fue en un primer momento inhabilitado para presentarse al período 2014-2018, pero la prohibición quedó sin efecto después de que la asamblea de la FPF destituyera al presidente del comité electoral, José Luis Noriega.
Aún no se sabe la fecha exacta para los comicios. La decisión se tomó en momentos en que aficionados celebraban la supuesta salida del presidente de la FPF, quien según encuestas es rechazado por más de un 90 por ciento de la opinión pública, debido a que se le culpa de una mala labor que ha sumergido al balompié nacional en una crisis de resultados desde años atrás.
Expertos habían advertido que Burga, abogado de 57 años investigado por la Procuraduría de Lavados de Activos por sospechas de ingresos ilícitos, movería todas sus fichas para echar abajo el proceso electoral sin su presencia y crear las condiciones para seguir en el cargo al menos cuatro años más.
Todo indicaba que Burga sería reelegido en la asamblea de hoy, pero la situación cambió la noche del martes, cuando el comité electoral lo inhabilitó como candidato porque la Ley General del Deporte del Perú impide las reelecciones consecutivas y por tener investigaciones abiertas.
El comité decidió además prohibir la candidatura del presidente de la liga departamental de Lambaqueye, Agustín Lozano, debido a que es alcalde de un distrito de la ciudad de Chiclayo y la ley impide la doble función, con lo que como único postulante quedaba el presidente del club de segunda división Sport Coopsol, Freddy Ames.
La decisión generó festejos de aficionados en las redes sociales y que decenas de personas acudieran a la sede de la FDP para celebrar lo que supuestamente sería la elección de Ames, quien había concentrado apoyo popular pese a que su hoja de vida como directivo está manchada por supuestos actos de corrupción. Pero todo cambió con la destitución del comité electoral, acusado por la asamblea de infringir la normas.
En la asamblea, formada por 25 ligas departamentales, 16 clubes de primera división y dos representantes de los dos de segunda, hay un evidente respaldo mayoritario a Burga, basado, según la contraparte, en el intercambio de favores. Burga controla la FPF desde hace dos años, aunque ya antes, desde 1990, cuando empezó a ocupar cargos en la directiva, gozaba de enorme influencia.
El poder del dirigente está reflejado en que cuando el gobierno quiso derrocarlo con base en la Ley del Deporte en 2008 la FIFA suspendió al Perú, sanción que solo levantó cuando el Ejecutivo dio marcha atrás y le permitió continuar en el cargo sin obstáculos.
Aficionados presentes en las afueras de la FPF expresaron respaldo a Noriega y el comité y anticiparon que lucharán activamente parea impedir que Burga siga otros cuatro años al frente del balompié nacional.