Tras el pitazo final del árbitro brasileño Pedro Leandro Voaden, los cuencanos se tomaron las aceras y calles de la avenida Remigio Crespo Toral, en la parte baja de Cuenca, para celebrar la tercera clasificación de Ecuador a su tercer Mundial de Fútbol.
No importó la derrota 1-2 ante Chile, en el estadio Nacional de Santiago, lo que se festejó es el objetivo cumplido.
Con botellas de cerveza y licor en sus manos, ciudadanos menores de 25 años abandonaron los centros comerciales, restaurantes, pizzerías y bares para celebrar la ansiada clasificación.
No todos vestían la camiseta de Ecuador, pero gritaron con el mismo entusiasmo el gol de Felipe Caicedo e incluso los tantos marcados por Argentina, que de visitante perdió 2-3 ante Uruguay.
Pablo Astudillo, quien se abrazó con sus amigos al final del partido, calificó como una clasificación sufrida a Brasil. Sin embargo, “se cumplió con el sueño de ir a otro Mundial”. A su criterio, ahora lo que toca al combinado dirigido por el colombiano Reinaldo Rueda es prepararse de la mejor manera para llegar lo más lejos en el tercer Mundial.
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Jaime Arévalo saltaba y gritaba con sus amigos. “Ya estamos en el Mundial, Sí puede ser”, bromeaba al estilo del cantante Delfín Quishpe. El país está de fiesta porque sumamos los puntos necesarios para ir al Mundial, agregó. Él sus amigos, con un canelazo se abrigaba de la fría que se registra en la capital azuaya, incluida una molestosa llovizna.
En el Centro Comercial Milenium Plaza y en el Mall del Río, en la parte Sur de Cuenca, también se reunieron cientos de cuencanos para observar el compromiso. Al final del cotejo salieron a las calles para celebrar la clasificación con el sonido de los pitos de los vehículos y con el flamear de banderas.
El tráfico vehicular se congestionó en sectores estratégicos de la ciudad.
Los festejos también llegaron al parque Abdón Calderón, en el Centro Histórico de la ciudad. En los festejos se exageró con el consumo de bebidas alcohólicas.