Arte y triunfo, huella de Nimes en su esplendor

JOAN vALAT/ EFE 


JOAN vALAT/ EFE 


Cuando la temporada europea entra a su clímax, con carteles repletos de figuras , el viejo coliseo romano de Nimes siempre es especial.

Este año una vez más los carteles se llenaron de imaginación y torería, tanta como derrocha Simón Casas, torero y empresario francés que tiene la clave del éxito con combinaciones que gustan a la afición.

Es así como la corrida matinal trajo la sabia combinación puesta en boga del toreo a pie y a caballo, en esta ocasión con el caballista navarro Pablo Hermoso de Mendoza( cuatro orejas ) y el matador madrileño Julián López, ‘El Juli’, ( cuatro orejas y un rabo).

Ebrios de maestría, los aficionados volvieron a la plaza por la tarde para ver otro gran triunfo, esta vez del extremeño Miguel Ángel Perera, que en la mejor temporada de su carrera daba la talla con toros de distintas ganaderías para cortar cinco merecidas orejas.

Las crónicas de portales, periódicos y agencias traen también el notable triunfo de José Mari Manzanares en la corrida matinal del domingo. El cierre de la Feria de la Vendimia 2014 corrió a cargo de dos nombres con particular estilo y personalidad: Juan Bautista, de Francia, y el andaluz Daniel Luque. Cuentan los cronistas que las fallas con las espadas se llevaron las orejas, pero que la torería fue marca de los toreros que apenas alcanzaron una oreja por barba; premio final que supo a poco .

Un viejo coliseo convertido en santuario del arte del toreo.

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