Íngrid Rodríguez (7) celebra su golazo con una compañera. A su lado, Gianina Lattanzio (9), la ariete de la Tricolor que consiguió el tanto definitivo ante la Argentina. Foto: Eduardo Terán/ El Comercio.
Gianina Lattanzio llegó al Ecuador hace tres años para conocer el país de su madre Gina Flores y para seguir cocinando su sueño de ser futbolista. En su natal Italia, Lattanzio jugó en Inter en donde intercaló puestos como carrilera y delantera.
En Ecuador, de la mano del técnico César Zambrano jugó la Copa Libertadores 2011 con Liga de Quito y desde hace varias temporadas juega en el Rocafuerte, el mejor equipo femenino del país y la base de la Tricolor femenina.
Lattanzio ayer se colocó el traje de heroína y, pese a que la clasificación de Ecuador al repechaje es un logro grupal, siempre se recordará el gol de la ‘italiana’ como le dicen en la concentración, en el partido ante Argentina, que determinó la suerte del partido.
Corría el minuto 76. Ecuador empataba el juego ante las gauchas por 2-2 y quedaba fuera de la opción de pelear con un equipo centroamericano en noviembre para acceder al Mundial de Canadá 2015.
Entonces apareció la ariete para definir el partido a favor de la Tricolor y desatar el carnaval. Lattanzio tuvo la virtud de acompañar la jugada con el optimismo de que algo pase.
El centro era fácil pero la golera argentina Elisabeth Minning aflojó el balón dejándolo a merced de la ‘italiana’, quien remató la suerte del partido.
El Atahualpa, con 7 000 personas en las gradas, rugía. Los últimos 15 minutos no fueron bien jugados técnicamente, pero sí emotivos. En la cancha, las futbolistas ecuatorianas esperaban las embestidas del rival con dos líneas de jugadoras replegadas en su propio campo. Solo dejaban a Lattanzio que salía como un rayo en pos del arco contrario.
Era el momento de clímax de un partido que tuvo drama e intensidad desde el inicio. Golpeó primero Argentina que entre los minutos 20 y 30 del primer tiempo congeló los ánimos de la afición local. Primero Estefanía Banini y después Florencia Bonsegundo marcaron los tantos que alejaban a la Selección de la posibilidad de ir al Mundial.
“Entonces decidimos hablarnos, sabíamos que teníamos con qué pelear y salir adelante”, cuenta Carina Caicedo, autora del tanto con el que Ecuador descontó a los 31 minutos.
La remontada y las promesas dirigenciales
A Ecuador no le quedaba más que presionar en el segundo tiempo. Entró Adriana Barre y Angie Ponce para manejar mejor el balón y generar opciones.
La Tri femenina fue un equipo con hambre de gloria en el segundo tiempo la posibilidad de cambiar el trámite del partido creció más con el estupendo golazo de Íngrid Rodríguez, quien definió a la carrera el empate 2-2.
Las argentinas veían perplejas como un triunfo fácil se convirtió en un partido complicado y en contra. Luego del tanto decisivo de Lattanzio, Ecuador, con más corazón que técnica, logró soportar las arremetidas del rival y venció el juego.
“Este grupo se lo merece. Buscamos darle una alegría a la gente que nos apoyó. Ahora esperamos al rival”, decía Rodríguez, feliz luego del juego.
La celebración fue grande tras el pitazo final. Las jugadoras se lanzaron al suelo, hubo plegarias al cielo y brazos levantados en señal de victoria.
El júbilo se trasladó al camerino, cuando llegó la orden de abandonar la cancha, pues debía jugarse el partido entre colombianas y brasileñas.
En el vestuario, Luis Chiriboga, el titular de la Ecuafútbol, prometió ayuda económica a las futbolistas que deberán prepararse para el repechaje de noviembre. Las jugadoras escuchaban las promesas entusiasmadas. Habían conseguido una remontada histórica.