José Mari Manzanares y David Fandila, ‘El Fandi’, son paseados a hombros y ovacionados tras cortar dos orejas cada uno. Foto: EFE
Los diestros David Fandila, ‘El Fandi’, y José Mari Manzanares cortaron dos orejas cada uno en Huesca el martes, que les permitieron salir a hombros del coso oscense.
Se lidiaron toros de El Pilar, el cuarto como sobrero, bien presentados y de buen juego. La plaza se llenó en una tarde calurosa y encapotada, con más de 30 grados.
No defraudó la cuarta corrida de feria ni por parte de los toreros ni de los toros. Fue una tarde en la que el público se divirtió viendo sobre el ruedo cosas interesantes y faenas de mérito, en especial la del tercer toro a cargo de José Mari Manzanares, de lo mejor de la feria.
El Fandi puso su consabido y atlético espectáculo, que llega con facilidad al público y que tanto agrada a los aficionados, y Ponce no tuvo su tarde este año en Huesca.
Enrique Ponce, en el toro que abría la corrida, logró algunos pases con elegancia y temple en unas buenas series con la derecha y al natural, pero en ningún momento se arrimó al toro, ni este transmitió mucho.
Pinchó en hueso y le privó de obtener premio.
El segundo de su lote fue devuelto a los corrales sin pedirlo nadie y ante la sorpresa de todos. Con El sobrero, de más de 500 kilos, quiso Ponce llevarse algo de Huesca y lo intentó por los dos pitones. No transmitió demasiado, pero se vio la clase y el toreo del matador valenciano. La estocada tendida que le propinó y un aviso dieron paso a una oreja.
El Fandi, con la plaza volcada con él coreando su nombre antes de empezar a torear, recibió al toro con dos largas cambiadas, para, a continuación, cerrar el tercio con unas lopecinas y chicuelinas que provocaron el fervor entre el público. Con las banderillas, y como ya es habitual en él, se lució en los tres pares.
El toro no tuvo demasiadas fuerzas, ya que lo cansó muchísimo con sus carreras el torero, por lo que ya no le pudo sacar mucha faena.
En el quinto, volvió a intentar otra vez todo desde el principio el torero granadino, y sacó adelante su repertorio desde que salió el toro de El Pilar. El Fandi estuvo valiente y, sobre todo, se lo trabajó hasta el final. A los pases con la derecha y al natural, le siguieron otros de rodillas, redondos, desplantes, adornos y abaniqueos, matándolo de una entera que le valieron las dos orejas.
Había ganas de ver a Manzanares y lo cierto es que no defraudó. Toreó y mató con clase y- el público lo reconoció y se deleitó con su toreo, fino y de mucho arte, sin duda, junto a El Juli, lo mejor de la feria.
A su primero lo entendió muy bien. Desde los medios le dio el recorrido, las distancias y las pausas necesarias para poder sacarle todo que tenía el toro con series muy bien ejecutadas por ambos pitones, exquisitas y arrimándose.
Mató a suerte contraria con una estocada recibiendo y como premio al buen hacer cortó los dos apéndices que ya le abrían la puerta grande.
En el último también quiso repetir lo mismo de su anterior lote, y prácticamente le hizo lo mismo a este toro, aunque no tenía la clase del anterior, lo que unido al pinchazo hondo y a dos descabellos le privó de cualquier premio.
Al finalizar el festejo Manzanares y El Fandi se fueron a hombros de la plaza.