Lewis Hamilton, piloto de la escudería Mercedes AMG, logró el campeonato mundial de la Fórmula 1, después de ganar en el Gran Premio de Abu Dhabi. Foto: Agencia AFP
Cuando Lewis Hamilton decidió dejar la escudería que fue su casa durante casi 15 años (McLaren) para aceptar la oferta de Mercedes, a finales del 2012, no fueron pocos quienes pensaron que había cometido un grave error.
Apenas dos años después, el piloto británico logró el segundo título mundial de su carrera en la F1 de la mano del equipo alemán, ahora convertido en el principal referente de la categoría, como en otros tiempos lo fueron McLaren, Williams, Ferrari y Red Bull.
Es que la asociación entre un piloto veloz y experimentado, y el monoplaza de mejor desempeño de la grilla en el 2014, solo podía encontrar oposición en el otro monoplaza del equipo, conducido por el alemán Nico Rosberg.
No obstante, Hamilton supo imponerse en la guerra psicológica que se desató entre ambos a media temporada, y que alcanzó su punto cumbre con el toque que protagonizaron en el GP de Bélgica.
El británico manejó mejor la presión que implicaba la cercanía de puntaje en la clasificación general con su compañero y el hecho de saber que contaba con las mismas armas para pelear por el campeonato. En tales circunstancias, Hamilton supo que solo el pilotaje podría inclinar la balanza a su favor e hizo todo lo que debía para marcar ahí la diferencia.
Una clara muestra de ello se dio en el Gran Premio de Estados Unidos, antepenúltimo de la temporada, donde pese a largar detrás de Rosberg logró arrebatarle la posición para recibir la bandera a cuadros en el primer puesto.
Algo parecido sucedió el domingo en el circuito Yas Marina de Abu Dhabi, donde no tuvo problemas para superar a Rosberg antes de llegar a la primera curva. Si bien se benefició de los problemas mecánicos de su compañero, que empezó a perder potencia en su bólido a partir de la vuelta 24, había acumulado una diferencia que le permitía llegar confiado a la prueba final.
Finalmente, los pronósticos más lógicos se cumplieron en el Gran Premio con el que el ‘circo’ de la F1 cerró la temporada 2014. Con 30 años, Hamilton intentará en el 2015 ingresar al exclusivo club de los tricampeones mundiales, basado en la motivación extra que le supondrá ser el campeón reinante y hombre a batir por los rivales.
Sin embargo, en el camino encontrará la feroz oposición de un Rosberg ávido de gloria y la que le puedan plantar Daniel Ricciardo como líder de Red Bull, Sebastian Vettel como la nueva estrella de Ferrari y, talvez, Fernando Alonso como el as bajo la manga de McLaren.