Lewis Hamilton, piloto de Mercedes. Foto: EFE
El abandono de Nico Rosberg en el GP de Singapur (su segundo del año) fue un bálsamo para las aspiraciones de su compañero Lewis Hamilton, ganador de la prueba del domingo y nuevo líder de la clasificación general.
Con siete carreras ganadas y cinco por disputarse hasta el final de la temporada, el británico asestó un golpe psicológico al alemán, a quien la consecución de su primer título se le puso cuesta arriba.
Cuando concluyó el Gran Premio de Bélgica del 24 de agosto, con el toque entre los pilotos de Mercedes que causó el abandono de Hamilton, este último quedó a 29 puntos de Rosberg, quien en aquella ocasión llegó segundo por detrás de Daniel Ricciardo.
Apenas dos carreras después, Hamilton ya supera a su compañero en la tabla con tres unidades. Dos victorias consecutivas frente a un segundo lugar y un retiro de Rosberg fueron suficientes para dar la vuelta a una situación que, a estas alturas, se veía complicada.
Ante esta realidad, no quedan dudas de que la lucha entre ambos podría adquirir tintes dramáticos en la recta final del certamen, a no ser que medie una intervención de los directivos de Mercedes, quienes pudieran optar por favorecer a uno de sus dos pilotos para evitar nuevas fricciones en pista.
Pero más allá de las rivalidades internas y de las decisiones de equipo, Mercedes evidencia problemas de fiabilidad que no ha logrado superar en el transcurso de la temporada. Tres abandonos de Hamilton y ahora dos de Rosberg son, talvez, el precio de tener el monoplaza más veloz de la grilla.
Lo preocupante para la escudería y los seguidores de cada piloto es que los problemas no están localizados en un sistema o componente específico, sino que han tenido diferentes orígenes.
Si se descarta el retiro de Hamilton en Bélgica por la colisión con Rosberg, el Mercedes W05 ha presentado daños en el motor, los frenos, la caja de cambios y la gestión electrónica.
Por ello no se descarta que en los grandes premios restantes estos problemas pudieran repetirse, o incluso aparecer otros que perjudiquen a los pilotos.
Además de un buen desempeño sobre el asfalto de Suzuka (Japón), Sochi (Rusia), Austin (EE.UU.), Interlagos (Brasil) y Yas Marina (Abu Dhabi), Hamilton y Rosberg requerirán una dosis de suerte para alcanzar el título 2014.
Si bien la cómoda ventaja que han logrado sobre los pilotos de los demás equipos les permite enfocarse en la rivalidad mutua, no es suficiente como para descuidarse.
Con 125 puntos aún en disputa, Nahilton y Rosberg se enfrentan al acecho del sorprendente Ricciardo, revelación de Red Bull y del campeonato, quien con 60 puntos menos que el líder solo necesitaría algo más de dos victorias y algún hecho fortuito para ponerse al nivel de los hombres de Mercedes.
Tras ellos, Fernando Alonso, Sebastian Vettel y Valtteri Bottas, separados por escasos 11 puntos, libran una batalla aparte por el cuarto puesto del Mundial. Ciertamente, el objetivo es poco consecuente con el palmarés de los dos primeros, pero al finlandés de Williams pudiera abrirle nuevas e interesantes oportunidades para las próximas temporadas.