Morante y El Juli, por la puerta grande

Sentido forzado de pecho de Morante de la Puebla, torero andaluz que protagonizó una gran faena en la Corrida Goyesca. Foto: EFE

Sentido forzado de pecho de Morante de la Puebla, torero andaluz que protagonizó una gran faena en la Corrida Goyesca. Foto: EFE

Sentido forzado de pecho de Morante de la Puebla, torero andaluz que protagonizó una gran faena en la Corrida Goyesca. Foto: EFE

Los diestros Morante de la Puebla y El Juli salieron a hombros de la tradicional Corrida Goyesca de Ronda, que llegaba a su edición número 58 y en la que remontaron el descastado juego de los toros de la ganadería de Zalduendo.

Seis toros de Zalduendo, de correcta presencia y sin gran aparato en las cabezas. Descastados todos, aunque de juego desigual: varios resultaron nobles, pero también insulsos y flojos, mientras que otros mansearon y se defendieron con genio y temperamento.

La plaza se llenó en la edición número 58 del tradicional festejo. El descastado juego de la corrida de Zalduendo, la ganadería que acaba de comprar uno de los hombres más ricos del mundo, el mexicano Alberto Bailleres, fue el auténtico baldón de la siempre lujosa Corrida Goyesca de Ronda.

Con el reluciente aspecto que presentaba el bicentenario y abarrotado coso rondeño, y con tres figuras en el ruedo vestidas a la usanza de los tiempos de Pedro Romero, las insulsas y débiles embestidas de varios toros y la áspera mansedumbre defensiva de otros supusieron un punto negro al que la terna hubo de imponerse.

A Morante de la Puebla le correspondieron dos toros prácticamente vacíos, sobre todo el inválido que abrió plaza, al que no llegó a dar ni media docena de muletazos antes de quitárselo de en medio.

El cuarto tuvo algo más de energías, no demasiadas pero sí las suficientes para que un Morante paciente y templado le fuera metiendo poco a poco en la muleta, con una gran suavidad de planteamientos para no agotar su escasa raza.

Fue ya mediada la faena cuando la delicada y valiente perseverancia del sevillano tuvo premio, hasta llegar a cuajar un puñado de soberbios naturales, sin posible ligazón pero de una intensidad y de una hondura más que notables.

La calidad y la clase del toreo de Morante, alternando la gracia de los adornos con la profundidad del toreo esencial, se hicieron notar en el ruedo de “los toreros machos”, llenando de contenido una lidia que se preveía sin argumentos y que se premió finalmente con dos orejas tras una estocada de tan lenta ejecución como el toreo con la mano izquierda.

A El Juli, en cambio, le tocaron los dos peores toros del encierro, en tanto que su descastamiento se tradujo en un áspero y brusco genio defensivo, añadiendo así un punto mayor de dificultad.
Su primero se vino siempre rebrincado la muleta, con viveza pero sin clase. Y El Juli, sin llegar a someterlo por completo, hizo valer con él su firmeza entre los méritos que le valieron la primera oreja.

El quinto, además de genio, desarrolló un visible peligro por el pitón izquierdo, soltando constantes cabezazos y acortando amenazante los viajes. Y El Juli tiró de raza y orgullo para no dejar solo a Morante en la salida a hombros.

Le faltó, además, un puyazo a este ‘zalduendo’, con el que el madrileño hizo un visible esfuerzo para aguantar cada oleada con una tremenda firmeza, en una faena medida y al final de la cual se descaró con el enemigo en señal de victoria.

Miguel Ángel Perera fue el único torero de la terna que se fue a pie de la plaza de Ronda, por la negativa del presidente a concederle la oreja del sexto.

Sí se la concedió, en cambio, del tercero, otro toro descastado y de insulsa nobleza al que el extremeño acabó sacando partido por pura insistencia, sobre todo cuando acortó distancias e hizo alarde de valor entre los pitones, igual que en unas ajustadas manoletinas postreras dejándose ahora venir al toro de lejos.

El sexto, reservón y violento, hizo que Perera se aplicara con firmeza para imponerse en dos mandonas series con la mano derecha que, por contra, hicieron que el toro se diera a la huida, completamente rajado. Aun así, persistió el de Badajoz hasta que no tuvo más remedio que tomar el estoque de acero.

Al finalizar el festejo Morante y El Juli salieron a hombros de la emblemática Plaza de Ronda (Málaga)
Morante de la Puebla actuará el 28 de noviembre en Latacunga junto a Alejandro Talavante.

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