El diestro ecuatoriano Martín Campuzano se dobla toreramente con la muleta al iniciar su faena con este toro de Atocha. Foto: Cortesía Alberto Suárez
La oreja que cortó el torero español César Jiménez es un pálido reflejo del entretenido festival que se celebró el sábado pasado en Pujilí, Cotopaxi.
Con algo menos de un tercio de entrada se lidiaron toros y novillos de Ortuño, Atocha, Huagrahuasi y San Fermín,
de dispar juego y presencia.
Las instalaciones de la plaza, que prestan comodidades para los espectadores, no tienen, empero, facilidades para el desembarque del ganado y su posterior salida al ruedo, esto obstaculiza la fluidez del desempeño del festejo.
Abrió plaza el rejoneador ecuatoriano Álvaro Mejía, que lució sus progresos, dejó bien las banderillas y se lució en las cortas pero falló con el rejón de muerte. Saludó desde el tercio.
César Jiménez, de Fuenlabrada, España, cortó una oreja tras una faena entonada con pases por la derecha y al natural de buena factura, valorados por el público que solicitó la oreja luego de tres cuartos de estocada que quedó caída.
Martín Campuzano hizo una labor torera, responsable, valiente, con técnica y sentimiento. Saludó muy bien a la verónica y dio la cara con la muleta para conseguir un trasteo muy lucido. No obtuvo trofeo por la mala colocación de la espada. Dio la vuelta al ruedo entre ovaciones.
Francisco Camino no tuvo suerte por las dificultades del novillo, recibió un varetazo al iniciar su faena de muleta.
Gonzalo Bienvenida, de España, hizo una artística labor, en especial por el pitón derecho, tardó en matar. Dos avisos.
El novillero Martín Camacho, valiente y entregado con capa y muleta, aunque un tanto precipitado. No mató bien.