Vibrante y artista de personalidad, así se mostró Alejandro Talavante en la reaparición triunfal del fin de semana. Foto: EFE
El diestro extremeño Alejandro Talavante, que salió a hombros, cuajó una excelente faena a un toro de Juan Pedro Domecq durante la séptima corrida de la Feria del Pilar, en la que cortaron orejas Diego Urdiales y Enrique Ponce.
Se lidiaron cinco toros de Juan Pedro Domecq -el primero lidiado como sobrero-, bien presentados, de más volumen y cuajo los últimos, y con muy serias arboladuras.
En general, tuvieron más movilidad que entrega, unos con nobleza y otros con complicaciones. Y un sobrero, en cuarto lugar, de Torrealta, alto de agujas, descastado y manejable. Enrique Ponce: estocada desprendida (ovación); estocada delantera desprendida (oreja tras aviso).
Diego Urdiales, que sustituía a Finito: estocada (oreja); media estocada desprendida y dos descabellos (ovación tras aviso). Alejandro Talavante: estocada tendida delantera y descabello (dos orejas); tres pinchazos hondos (silencio). Salió a hombros. Entre las cuadrillas, saludaron en banderillas Víctor y Juan José Trujillo, que también se destacó bregando. El picador Óscar Bernal cuajó un gran tercio de varas con el quinto. La plaza se llenó.
El faenón de una buena tarde fue el que le hizo Alejandro Talavante al tercer ejemplar de Juan Pedro Domecq y fue la mejor faena de una buena tarde. Pero también puede llegar a ser, casi con toda seguridad, la mejor faena de toda la Feria del Pilar, en la que aún queda por celebrarse una corrida de a pie.
La obra del torero extremeño tiene todas las papeletas para hacerse con ese simbólico galardón en un ciclo, donde el nivel de lo visto en el ruedo ha estado por encima de la media de la temporada. Porque será difícil que se logren muletazos más hondos, ajustados y largos que los que Talavante.
El manchego reapareció el viernes en esta plaza con una soberbia faena, sin premio por el fallo a espadas, pero que quedó para el recuerdo.