Volvo XC90. Los cambios son evidentes, pero el concepto se mantiene casi intacto. Foto: media.volvocars.com
Más de 12 años tardó Volvo en renovar por completo al XC90, su SUV insignia, en una época en la que el nivel de competitividad entre fabricantes automovilísticos hace que la actualización de modelos por lo general se de en menos de la mitad de ese plazo.
Dos situaciones explican la demora. En primer lugar, tras el desplome de las ventas del fabricante debido a la crisis del sector automotor, en el 2008, Volvo fue vendido por Ford al grupo chino Geely en el 2010, lo cual supuso un gran cambio en la cultura organizacional al que sus colaboradores debieron adaptarse.
Por otro lado, durante los últimos cuatro años el fabricante sueco ha estado inmerso en un ambicioso proyecto de fabricación automovilística modular denominado SPA, que supuso una inversión cercana a los USD 11 000 millones.
El sistema, similar al MQB de Volkswagen, brinda la posibilidad de combinar distintos elementos, de tal forma que el XC90 y otros vehículos de la marca puedan compartir elementos y se beneficien de distintas configuraciones estructurales y mecánicas.
Disponible en el mercado mundial desde el 2002, el XC90 nació como un modelo adelantado a su tiempo, que se destacaba por combinar una apariencia moderna y atractiva con las cualidades de un SUV de tracción total, un interior lujoso y con capacidad para siete ocupantes. Todo esto con un precio competitivo frente a sus rivales del segmento premium.
El ejemplar que se pondrá a la venta a partir del próximo año presenta líneas bastante clásicas, matizadas con detalles modernos que refuerzan su aspecto de todoterreno robusto y fuerte. Es más largo (4,95 m), más ancho (2,01 m), y ligeramente más bajo (1,77 m) que el modelo al que sustituye.
Su batalla es de 2,98 m, lo cual favorece mucho la habitabilidad.
Se presenta con un chasís más rígido y ligero, presumiendo de un 90% de componentes completamente nuevos. Mantiene su capacidad para siete ocupantes, con una tercera fila que brinda comodidad a pasajeros de mayor estatura, y que, cuando está plegada, deja el fondo del maletero completamente plano.
Como es usual en la marca, el nuevo XC90 no descuida ningún detalle de diseño exterior ni interior. En la consola central se eliminaron los botones, que fueron sustituidos por una pantalla táctil tipo ‘tablet’, desde la que se pueden controlar todas las funciones del vehículo. Los asientos cuentan, de manera opcional, con sistemas de calefacción y ventilación.
A todo esto Volvo añade su tecnología aplicada a la seguridad activa y pasiva, con la última evolución de los sistemas ya conocidos, gracias a una nueva gestión electrónica mucho más rápida y compacta que antes.
Todos los motores del Volvo XC90 serán de dos litros y cuatro cilindros. El T6 será un motor de gasolina con doble sobrealimentación que entregará 321 caballos y 400 Nm de torque. En diésel, el D5 será un propulsor biturbo con 224 caballos y 470 Nm de torque. Ambos motores estarán asociados a una caja automática de 8 velocidades. También habrá una versión híbrida enchufable, con 400 caballos de potencia combinada y 40 km de autonomía en modo eléctrico.
Fuentes: autopista.es y motorpasion.com